Capítulo 11: post tiroteo.

9 3 0
                                    

Cierro la puerta del baño de casa, del otro lado me espera Mad. Abro la cajita, las instrucciones son claras, orino dentro de aquel recipiente plástico e introduzco aquella tira de cartón y plástico. Cierro los ojos. El olor a orina es cada vez más intenso, logrando revolverme el estómago. ¿Será una buena señal? Son cinco minutos, cinco eternos minutos de espera para saber si mi vida, nuestra vida va a cambiar totalmente dentro de nueve meses. El sonido del temporizador que activé minutos atrás me avisa que la espera terminó. Pasa un minuto, dos, tres, cuatro más. Algo en mi interior rogaba que el resultado cambiase, pero nada. El negativo seguía ahí. Tomé aire ahogando la desilusión, no podría darle la sorpresa para navidad. Y no sé si podré volver a pagar una nueva FIV Tomé el test y salí.

-¿Y?

-Aún no, es negativo otra vez.

-No te desanimes, como te lo dijo Tayl y Char la otra vez, los embarazos de este estilo. Suelen dar buenos resultados luego del tercer intento. Además te estás apresurando mucho con la estimulación ovárica, espera un poco más la próxima Mir, así quizás tengas mejores resultados. No te apures, Marilyn no te insiste, además el otro día estuve hablando con ella, sobre que Carla quiere que seamos madres, y ella me dijo que no tiene apuro. O puede ser un falso negativo, hazlo de vuelta en unos días.

-Lo sé, pero igual.

-Pero igual nada, ten paciencia, tal vez no le puedas dar la sorpresa para navidad, pero se la podrás dar, no sé, para pascua.

-Tienes razón, le avisaré a John.

Marilyn

Lo recuerdo bien, parece que hubiera sido hace una hora, pero en realidad fue hace una semana, controlar mis nervios y activar el protocolo, ocultar mi miedo para controlar el de niños de doce años. Luego salir del aula entre medio de todos, buscar a Miranda y abrazarla fuertemente. Carla y Madison arrodilladas y abrazadas en medio del pasillo llorando. Pararnos al lado de Sofía.

-El tirador tenía un ataque de esquizofrenia, tomó de rehén a Taylor, luego Madison se ofreció para que liberaran a Tayl. John recibió un balazo, por eso hay sangre.

-¿Qué? –Gritó Miranda antes de entrar en pánico.

-Pero tranquilízate, lo acaban de trasladar al St. Ambrose.

-¡Vámonos!

Dicho esto ella salió corriendo y yo detrás de ella. Me tiró las llaves y conduje hasta el hospital en el que años atrás estuve ingresada. Durante el camino mantenía mi vista fija al frente y a la vez me encargaba de Mir, que estaba teniendo un ataque de pánico en el asiento de al lado. Estaba tratando de ayudarla a regular su respiración.

Estuvimos un rato en sala de espera, junto a Paula Paulson, la de química. Hasta que nos dieron el parte.

En un principio nos dijeron que la bala había causado una lesión importante en el húmero, por lo que requeriría cirugía donde le colocarían una placa y clavos, pero luego de que fue revisado por un traumatólogo dedujeron que lo mejor sería simplemente retirar la bala, cerrar la herida con puntos e inmovilizar el brazo por seis semanas, así que harán eso.

Mientras tanto Mir llamaba a Grace, la madre de John para contarle lo ocurrido.

Esa noche John fue dado de alta, y sus padres se quedaron en su departamento, el que casualmente está debajo del nuestro.

Todas estuvimos yéndolo a visitar a diario, ya que estaba solo, sus padres se fueron a la mañana siguiente por cuestiones de trabajo y de su abuela.

Con respecto a la escuela, es una lástima que diez alumnos se vieran obligados a irse luego de que sus padres decidieran que una de las escuelas más prestigiosas del país era un lugar peligroso para sus hijos. Pero lo entendemos, tal vez algún día descubran que no hay otra escuela con el nivel académico del Spencer High School. Pero con respecto al edificio, hoy nos reintegramos y está como nuevo, repararon todo y está como antes del tiroteo, además, hay dos guardias en cada ingreso de la institución vigilando, y hoy repartirán tarjetas de identificación con el rostro del alumno y el curso al que va, o del docente con la materia que dicta, la que luego deberán mostrarle al guardia para poder pasar.

Más de lo que pensamos llegar a ser (Más que compañeras 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora