Keyla dormía en el sillón, mientras tanto Alejo y yo jugábamos con autitos. En eso suena el timbre de casa, sabía quién podía ser.
-Hola.
-Hola Mad.
-¡Tía Maddie! –Gritó Alejo despertando a Keyla.
-Hola enano.
-¿Todo en orden? Carla me dijo que esta mañana te hiciste estudios, que por eso fuiste después. Vayan arriba mis chiquitos, tengo que hablar con la tía Maddie.
-Sí, solo eran unos análisis de sangre. De todos modos tengo que hacerme una serie de estudios estos días, pero nada importante.
-¿Van a intentarlo?
-¿Ella te contó?
-No hace falta prestar mucha atención para darse cuenta que Carla muere por un hijo, y que tu mueres por complacerla en todo, aunque me sorprende que seas tú quien vaya a tenerlo.
-Sí, lo tendré yo por cuestiones del pasado. Iván.
-Oh, entiendo, pobre Carla.
-Solo guarda el secreto, no lo sabe nadie, y queremos que nadie lo sepa hasta que esté confirmado un embarazo.
-Quédense tranquilas, no digo nada.
-Tayl, quédate con los niños, tengo que terminar el discurso para el acto. –Gritó Charl.
-Vengan amores.
-Cierto que le asignaron el acto. Debe estar caminando por las paredes.
-¿Puedes ir a ayudarla? Soy muy joven para enviudar.
-Claro. –Rio.
-No te vayas Maddie, ¡Yo quiero jugar contigo! –Alejo se prendió de su pierna. Si bien todavía su vocabulario es escaso y a veces nos cuesta entenderle, habla muy bien para tener tan solo un año y casi cinco meses.
-Voy un ratito con mamá Char y vuelvo, ¿sí?
Él hizo un berrinche, pero minutos después estaba junto a Keyla andando en triciclo por toda la casa, chocándose lo primero que no pudiera evitar y riendo por el choque.
Siguieron dando vueltas por la casa y yo por detrás moviendo cosas de lugar para que no rompan nada. Finalmente les dio hambre y logré que se sentaran en el sillón a comer trocitos de fruta con yogurt mientras veían caricaturas. En eso volvió Madison, y como era de esperarse, apenas la vieron comenzaron a llamarla.
Ella tomó asiento en el sofá al lado de Alejo, yo estaba al lado de Keyla.
-¿cómo les fue?
-Todavía no quedarás viuda, quédate tranquila. La salvé de un ACV. –Reí.
-¿Y la tía Cada? –Intentó decir Carla, para la edad que tiene, Keyla se da a entender muy bien, tanto como Alejo, y eso que es menor.
-Se quedó en casa con Gino mi amor, siéntate. No te rías Tayl, dame una toalla. –No pude evitar reír al ver cómo Alejo la abrazaba llenándole la cara y el cuello de yogurt.
-¿Vamos a visitarla mamá?
-Otro día vamos chiquito, la tía Carla está enferma ahora.
-¿Tiene mocos? –Pronunció una z al final.
-Sí amor.
Madison se quedó un rato más jugando con ellos, hasta que fue llamada por Carla y tuvo que irse a su casa de nuevo.
A la hora de la cena, como siempre estábamos los cinco sentados, Zach estaba indeciso, como si quisiera decir algo pero a la vez no. Mientras él trataba de decidirse si hablar o no, Keyla y Alejo comenzaron a hacer un escándalo y a revolear comida por todos lados mientras lloraban.
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Más de lo que pensamos llegar a ser (Más que compañeras 2)
Romancesegunda parte de más que compañeras. Dos años desde la caótica boda, todos están aprendiendo a amoldarse a las pruebas que les da la vida. ¿Encontrarán la calma después de la tormenta? ¿O están atrapados en una tormenta eterna? ...