Capítulo 20: bebés, dulces y deseados bebés.

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Parecía ser una noche de sábado como cualquier otra, nos habían confirmado que los bebés son varones, John había llegado a Nueva York el miércoles, y nosotras habíamos invitado a Charlotte y Taylor a casa a cenar.

Taylor y Marilyn cocinaban en lo que Charlotte y yo cuidábamos a los niños. Y en eso, lo sentí. Un pequeño empujoncito que me alertó. Miré mi vientre y coloqué mi mano en donde lo había sentido. Otro empujoncito.

-¡Marilyn! –Grité con todas mis fuerzas. –Ven urgente.

-¿Qué pasa? –Vino corriendo.

-Patean. Ven a sentir.

-Yo también quiero. –Dijo Charl.

-Luego.

Guie la mano de Mar hasta el lugar. Y la vi sonreír con los ojos cristalizados al sentir las pataditas.

-¿Gemelo dos verdad?

-Así parece.

-Hola mi pequeño Borja. Patea despacito mi amor, así no lastimas a mamá.

-Y aquí aparece Mark. –Tomé su otra mano y la posicioné en donde sentía las otras patadas.

-Hola mi pequeño Mark, ¿escuchaste lo que le dije a tu hermano? Tú también tienes que obedecer a eso mi amor. Mami los quiere mucho a ambos, ¿saben? –Besó dos veces mi barriga.

-Yo quiero tocar. –Dijo Keyla dando saltitos al lado del sillón.

Marilyn se paró para que Charlotte pudiera subir a Keyla al sillón y yo pudiera colocar una de sus manitos en mi vientre.

-¿Qué es eso que se mueve?

-Es un bebé.

-¿Por qué te comiste al bebé? –No pude contener la risa. Ni el resto.

Como sabíamos que las patadas acabarían rápido, Charlotte puso su mano en donde estaba Mark y Taylor donde estaba Borja, y así ellas percibieron la última patada de cada uno.

Carla

-¿Sabes? Tengo ganas de hacerme un cambio de look para recibir mi cumpleaños número treinta y uno.

-¿Cambio de qué estilo? ¿De cabello, te harás un piercing, un tatuaje, una cirugía estética?

-¡Ay Mad! Tenía pensado hacerme algo en el cabello.

-¿Algo como qué?

-Pensaba en teñirme en un tono más rojizo, o en hacerme reflejos.

-Y no te decides. Pero sea lo que sea que te hagas te quedará hermoso. Y antes de que comiences, no, no lo digo por ser tu novia, lo digo porque es así.

-Te amo, ¿lo sabes verdad?

-Nunca está de más recordar que yo también lo hago, y mucho. ¿Necesitas que te acompañe a la peluquería? Porque tengo que ir con Eugenia a ver si los análisis me dieron bien.

-¿Quieres que te acompañe?

-No hace falta, ya revisé los estudios y son prácticamente iguales a los de la vez anterior, solo me dará la orden para comprar las inyecciones.

-Bien. Yo iré con Mel al shopping y pasaré por mi peluquería a sacar turno para la próxima semana.

Esa noche nos encontrábamos en el baño de casa, Mad en sostén y short, y yo con un vestido. Estábamos por dormir, pero antes teníamos que comenzar con las inyecciones.

-Tú comenzaste la otra vez, ahora comienzo yo.

-Bien. –Ella desinfectó todo, y se inyectó.

-Bien, por ser la primera prácticamente no dolió.

Más de lo que pensamos llegar a ser (Más que compañeras 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora