Parecía ser una noche de sábado como cualquier otra, nos habían confirmado que los bebés son varones, John había llegado a Nueva York el miércoles, y nosotras habíamos invitado a Charlotte y Taylor a casa a cenar.
Taylor y Marilyn cocinaban en lo que Charlotte y yo cuidábamos a los niños. Y en eso, lo sentí. Un pequeño empujoncito que me alertó. Miré mi vientre y coloqué mi mano en donde lo había sentido. Otro empujoncito.
-¡Marilyn! –Grité con todas mis fuerzas. –Ven urgente.
-¿Qué pasa? –Vino corriendo.
-Patean. Ven a sentir.
-Yo también quiero. –Dijo Charl.
-Luego.
Guie la mano de Mar hasta el lugar. Y la vi sonreír con los ojos cristalizados al sentir las pataditas.
-¿Gemelo dos verdad?
-Así parece.
-Hola mi pequeño Borja. Patea despacito mi amor, así no lastimas a mamá.
-Y aquí aparece Mark. –Tomé su otra mano y la posicioné en donde sentía las otras patadas.
-Hola mi pequeño Mark, ¿escuchaste lo que le dije a tu hermano? Tú también tienes que obedecer a eso mi amor. Mami los quiere mucho a ambos, ¿saben? –Besó dos veces mi barriga.
-Yo quiero tocar. –Dijo Keyla dando saltitos al lado del sillón.
Marilyn se paró para que Charlotte pudiera subir a Keyla al sillón y yo pudiera colocar una de sus manitos en mi vientre.
-¿Qué es eso que se mueve?
-Es un bebé.
-¿Por qué te comiste al bebé? –No pude contener la risa. Ni el resto.
Como sabíamos que las patadas acabarían rápido, Charlotte puso su mano en donde estaba Mark y Taylor donde estaba Borja, y así ellas percibieron la última patada de cada uno.
Carla
-¿Sabes? Tengo ganas de hacerme un cambio de look para recibir mi cumpleaños número treinta y uno.
-¿Cambio de qué estilo? ¿De cabello, te harás un piercing, un tatuaje, una cirugía estética?
-¡Ay Mad! Tenía pensado hacerme algo en el cabello.
-¿Algo como qué?
-Pensaba en teñirme en un tono más rojizo, o en hacerme reflejos.
-Y no te decides. Pero sea lo que sea que te hagas te quedará hermoso. Y antes de que comiences, no, no lo digo por ser tu novia, lo digo porque es así.
-Te amo, ¿lo sabes verdad?
-Nunca está de más recordar que yo también lo hago, y mucho. ¿Necesitas que te acompañe a la peluquería? Porque tengo que ir con Eugenia a ver si los análisis me dieron bien.
-¿Quieres que te acompañe?
-No hace falta, ya revisé los estudios y son prácticamente iguales a los de la vez anterior, solo me dará la orden para comprar las inyecciones.
-Bien. Yo iré con Mel al shopping y pasaré por mi peluquería a sacar turno para la próxima semana.
Esa noche nos encontrábamos en el baño de casa, Mad en sostén y short, y yo con un vestido. Estábamos por dormir, pero antes teníamos que comenzar con las inyecciones.
-Tú comenzaste la otra vez, ahora comienzo yo.
-Bien. –Ella desinfectó todo, y se inyectó.
-Bien, por ser la primera prácticamente no dolió.
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Más de lo que pensamos llegar a ser (Más que compañeras 2)
Romancesegunda parte de más que compañeras. Dos años desde la caótica boda, todos están aprendiendo a amoldarse a las pruebas que les da la vida. ¿Encontrarán la calma después de la tormenta? ¿O están atrapados en una tormenta eterna? ...