Capítulo 29: percepción.

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Pleno febrero, la semana pasada fue el cumpleaños de mi tía y dentro de poco será el de Keyla. ¿Yo? yo ya voy entrando al segundo trimestre del embarazo, por lo que la posibilidad de un aborto son mucho más bajas. Y a su vez las ilusiones de ser una familia de cuatro son cada vez mayores. Mi vientre ya se está abultando un poco, yo lo escondo bajo blusas un tanto holgadas, y de esta forma los alumnos no lo notan. Pero decidí que es hora de que se comiencen a dar cuenta.

Hoy en especial tengo con doceavo, onceavo y octavo. Si alguno de esos tres cursos se da cuenta, esta tarde tanto Carla como yo vamos a tener el celular explotado de mensajes preguntando si es verdad lo que les dijeron los del curso que se dé cuenta.

En fin, entré al aula de doceavo, los chicos me miraban algo confundidos. Y en eso comencé a comer dentro del aula.

-Como que vienes engordando mucho Madison, ¿no te parece? -Cristopher Davis pisó el palito.

-¡Cris! No te desubiques.

-Tiene razón, es que estoy comiendo por dos personas. -Dicho esto coloqué una mano en mi vientre y sonreí.

-¿Mad tú? No, no puede ser cierto. ¿Estás? No, no lo creo.

-Créelo porque es verdad, para ser sincera me desilusionaron, pensé que se darían cuenta antes de mi embarazo.

-¿Ese era el tratamiento que te venías haciendo?

-Sí. Este fue el causante del desequilibrio hormonal que causó mi desmayo.

-¿Cuándo nacerá?

-En agosto probablemente.

-¡No lograremos conocerle! -Más de uno se quejó.

-Yo les mando una foto cuando nazca. -Dijo Zach.

-No es justo.

-Sino podríamos reunirnos un par de semanas después en mi casa, a fin de año les mando la dirección.

-Está bien. Por cierto, felicidades.

-Gracias chicos. -Les sonreí. -Sigamos con lo nuestro.

En el recreo hablé con Carla, ella casualmente tenía clases con décimo y noveno. Así que ella se encargó de comunicarlo.

Todo esto pasó hace poco más de un mes. Hace dos días entré en el quinto mes, ya vamos prácticamente por la mitad del embarazo. Desde hace algunos días siento de vez en cuando un hormigueo en mi vientre, le pregunté a la obstetra pensando en que podía tratarse de algo malo, pero no, son los movimientos del bebé. O la bebé, no lo sé, en media hora tenemos cita con la obstetra para la ecografía.

Esta mañana hicimos una apuesta con el grupito, si iba a ser una niña o un niño. John, Ivana, Miranda, Marilyn y Carla apostaron que sería un niño. Por otra parte, Taylor, Brianna, Zach Charlotte y yo que sería niña.

El momento llegó. Me levanté la playera, Eugenia colocó el gel frío sobre mi barriga abultada hace segundos, lo está esparciendo con ayuda del ecógrafo. No quiero perder la apuesta, tiene que ser una niña.

-Bien, se ve que está en perfectas condiciones, muy sano. ¿Quieren saber el sexo? ¿O les tengo que entregar un sobre con el resultado para un baby shower?

-No, díganos ahora. -Renuncié a la idea del baby shower, no me gustan para nada.

-Bien, parece que es una niña. Sí, es una niña, felicidades.

-¡Te lo dije! -Me reí de Carla.

Al llegar a casa le contamos a Gino, quien estaba más que feliz de saber que tendría una hermana. Él una hermana, yo una hija, una hija con la mujer de mi vida. Guau.

Más de lo que pensamos llegar a ser (Más que compañeras 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora