Capítulo 30: Nueva etapa, despedida.

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Entramos al mes de mayo, llevo casi siete meses de embarazo y ya es poca la ropa que me entra, siete kilos aumenté desde que estoy embarazada. Con mayo comienzan los primeros calores, los que estoy sufriendo demasiado, y que me hoy me obligaron a saquearle el closet a mi novia, ya que los cinco remerones XL que venía usando ya me ajustan, sus vestidos al parecer no.

Hace como dos semanas decidimos que era momento de armar la habitación de Max, también decidimos que iría al lado de la nuestra y no en frente, ya que la habitación enfrente de la nuestra es más grande, y algún día, cuando crezcan podría convertirse en una sala de juegos. A la habitación la pintamos de gris y rosa claro. Ubicamos los muebles, y aproveché para pintar un arcoíris, ya que ella es una bebé arcoíris, vino luego de una pérdida.

También colocamos provisoriamente la cuna, porque apenas nazca la pondremos al lado de mi cama, ya que leí que eso puede prevenir muerte súbita en bebés. Aunque es probable que termine durmiendo en la cama, entremedio de ambas.

-¿Ese vestido no es mío?

-Lo fue, y lo será una vez mi ropa vuelva a quedarme, mira qué lindo se me ve. –Comencé a modelar y reír.

-Sí, te queda hermoso.

-Mejor que a mamá, el naranja te queda espectacular. –Gino habló luego de tragar su tostada.

-Escúchame, hay un tema del que no tratamos, religión.

-Yo vengo de una familia católica pero no creo en la existencia de Dios, tampoco me interesa.

-Yo también soy y tengo una familia católica, creo en Dios, pero no en la iglesia. Estaba pensando que podríamos bautizarla y que cuando tenga la edad suficiente decida qué camino tomar, puede irse por el ateísmo, o por el catolicismo o por una secta, no lo sé.

-Me parece bien. –Concordé.

Entré al aula de doceavo. Es triste, todos nos ponemos muy nostálgicos, estamos en cuenta regresiva, prácticamente en un mes se terminan las clases, ya todos están averiguando universidades y decidiendo carreras.

En fin, ellos estaban resolviendo actividades, yo llenando unas planillas, pero tuve que parar, porque Max es bastante inquieta y ya patea fuerte. Me tomé el vientre con ambas manos y comencé a respirar profundamente.

-¿Patea? –Me preguntó Olivia.

-Sí.

-¿Puedo sentir?

-Ven. –Tomé su mano y la coloqué sobre el punto exacto. Ella sonrió.

-Qué lindo.

-Lo es, y dolorosísimo también. Pero solo son tres meses más.

-Eso tenemos que organizar Mad, un grupo de WhatsApp contigo para que nos avise cuando nazca, y para después reunirnos.

-Bueno, ¿se encargan ustedes de eso? No tengo sus números. Claramente nos reuniremos una vez termine mi postparto.

-Está bien. También tenemos que hablar contigo sobre nuestro acto, queremos que tú, Carla, Miranda y Taylor den discursos, y si es posible que lo dirijan.

-Bien, se lo comunicaré a mi tía.

-Y algo más, ¿Qué pasa entre Van Klein y la nueva de literatura?

-Yo también tengo sospechas chicos, todavía no hay nada oficial, o por lo menos yo no sé nada. Prometo investigarles, les juro.

A la tarde me reuní con Fran y Meghan en su casa, hacía un mes no nos encontrábamos, por lo que nos pasamos toda la tarde hablando, y al salir pasé por la farmacia por otro pomo de la crema para las estrías que me recomendó Mir, no me salió ni una. Y también tenía que comprar tiritas, alcohol y pasta de dientes.

Más de lo que pensamos llegar a ser (Más que compañeras 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora