Capítulo 13: primeros pasos hacia una nueva vida.

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Esto se volvió una rutina las últimas dos semanas, mirarme el vientre cada vez que estoy frente a un espejo. Literalmente es lo primero que hago al despertarme y lo último que hago antes de dormir. Los cambios son menores, apenas se nota un pequeño bulto.

Este fin de semana fuimos los tres a Greenfield a contarle la noticia a la familia de John y a mi abuela, yaya y tía yaya. Por su parte luego de enterarnos, Marilyn video llamó a sus familiares y les contó la noticia. De nuestro ambiente laboral solo lo saben Charlotte, Taylor y Madison. Nuestra idea es contarles mañana, ya que esta tarde tengo turno con el obstetra.

Dos de la tarde. Sentada en una fría sala de espera con Marilyn a mi lado, ambas con una bola de nervios en nuestro interior, pero acariciándonos las manos intentando consolarnos. A nuestro alrededor, parejas heterosexuales en las que las mujeres tienen niveles de embarazo más altos que el mío.

-Grey, Miranda. –Dijo el doctor Thompson, alertándome que era mi turno. –hola chicas, ¿cómo están? ¿Tú eres Marilyn, su pareja?

-Así es doctor.

-Gusto en conocerte, recuéstate Miranda.

Él introdujo el transductor en mi vagina.

-Mira, eso es el saco, pero hay un pequeño detalle. –Ambas lo miramos con preocupación.

-¿Hay algo malo con el bebé doctor?

-No, perece que ambos están sanos, todavía son muy pequeños. Escuchemos sus latidos.

-¿A-ambos? ¿Son dos?

-Así es, son gemelos, felicidades. –Miré a Marilyn, y quería matarla allí mismo.

Al salir de la consulta estuve gritándole y llorando todo el viaje. Mientras tanto ella reía, porque tiene razón, ella no tiene la culpa de que el embarazo sea doble, pero a la vez un embarazo gemelar trae varias responsabilidades y cuidados que no tenía en mente, por lo que le grito por impulsarme a tomar esta decisión, aunque sé que no tiene nada que ver en esto.

Madison

Necesito alguien

Que me emparche un poco

Y que limpie mi cabeza

Que cocine guisos de madre

Postres de abuela y torres de caramelo

Que ponga tachuelas en mis zapatos

Para que me acuerde que voy caminando

Y que cuelgue mi mente de una soga

Hasta que se seque de problemas

Y me lleve

Y que esté en mi cama

Viernes y domingo

Para estar en su alma todos los demás

Días de mi vida

Que me quiera cuando estoy

Cuando me voy, cuando me fui

Y que sepa servir el té, besarme después

Y echar a reír

Y que conozca las palabras

Que jamás le voy a decir

Y que no le importe mi ropa

Si total me voy a desvestir

Para amarla –Cantaba bajito en el balcón, para así no despertar a nadie.

Más de lo que pensamos llegar a ser (Más que compañeras 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora