Capítulo III: Un verdadero caos.

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Cuando Craig despertó, vio que Tweek no estaba en la cama, lo cual le sorprendió, pues tenía una pierna rota y estaba mal que estuviera caminando, aunque sea por la casa.

El chico de pelo negro se arregló y grande fue su sorpresa cuando vio a su querido novio, buscando en la computadora una lista de personas desaparecidas, que gracias a Cartman, podían ingresar para alguna investigación especial.

-El imbécil del gordo dijo que descansarás... -La voz de Craig hizo sobre saltar a su paranoico novio que se alejó de escritorio con su silla como si este se incendiara, para volver rápido a él y cerrar la ventana.

-Ho-hola mi amor. -Dijo Tweek, un poco alarmado de que Craig lo descubriera, cosa que se le hizo linda al amante de los cuyos.

-No te mortifiques, lo resolveremos. -Dijo Craig mientras besaba los labios de su novio, que ya sabían bastante a Café, lo cual hizo que le quitará su taza.

- ¡OYE! – Se quejó el rubio, no podía pelear con su novio, porque era obvio que el mayor ganaría, lo que hacía sonreír más a Craig.

-Tus labios saben a café. -Le dijo su novio. -Duerme un rato, voy a ir a la cafetería, de ahí tengo turno con Kenny para vigilar el bosque, por favor, no salgas.

Tweek asintió, diciendo que estaría bien, sin embargo, apenas sintió que su novio se iba, subió a su cuarto a cambiarse y con sumo cuidado, después de 40 minutos que se fuera Craig, decidió salir él también.

"Perdóname Craig" fue lo que pensó mientras cerraba la puerta y con paso lente llegaba a la acera a pedir un taxi y llevarlo a una dirección donde solo había un par de fábricas abandonas que era el genuino recuerdo de que en South Park la innovación siempre se iba.

Toco una, con anterioridad le había dicho a su hermano que iba a venir a verlo, pero cuando vio que de ahí no solo salía Leo, si no que Karen McCormick también salía con ropa de calle, se asustó.

-Sabes que, si Kenny se entera, soy hombre frito ¿verdad?

-No se va enterar, es un imbécil y, además, no se hablan. -Dijo Leo mientras se arreglaba su ropa para después, junto con Karen ayudar a Tweek a caminar e ir a un restaurante pequeño y rustico a fuera de la ciudad, donde sabía de antemano Leo que nadie los iba a reconocer.

En el camino Karen iba muy emocionada, sabía desde hace tiempo que la hermana menor de Mysterion trabajaba para Leo, pero, al mismo tiempo no podía creer que aquella dulce niñita fuera "Princesa Desastre" pues, contemplando como lastimaba sin piedad, uno pensaría que era una chica fría y cruel.

Bueno, Kenny y Mysterion también parecían ser dos personas totalmente diferentes, tal vez sus alter egos eran como los de Leo, a veces un panquecito de amor y a veces era un hijo de puta.

Cuando llegaron a la cafetería, Leo venia como si fuera el mejor hermano menor del mundo, saludando a todos y ayudando a Tweek a sentarse de forma cómoda, consiguiéndole un cojín de un trailero que le fue a suplicar con mirada de cachorro.

-Eres un gran actor. -Dijo Tweek sin pensar, viendo como su hermano estaba siendo la persona más benevolente del mundo.

Karen y él sí que tenía un enorme parecido.

- ¿No crees que arriesgaste mucho por esta plática? -Dijo Leo después de pedir nuestro desayuno.

- ¿Qué haces con Karen?

-Se peleo ayer con Kenny, se fue de su casa y Mysterion estuvo como loco buscándolo, lo veíamos por las cámaras, fue muy divertido. -Karen y él rieron mientras chocaban los puños, complicemente.

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