Capítulo IV: Hermanita.

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¿Cuántos años tenía cuando fue consciente de sus hermanos? Quizás cuando tenía 5, en aquel bello recuerdo de su vida.

-Tweek, mi niño, tenle paciencia. -Escuchaba la voz de su madre, estaba enojado al ver como su hermana menor, había roto su juguete favorito, pues la pequeña apenas tenía 4 años y Tweek tenía 7.

- ¡Pero mami! -Decía el pequeñín de cabello rubio mientras veía, aun con lagrimas en los ojos aún su juguete favorito totalmente destruido. - ¡De verdad me gustaba mucho!

Su madre, tan compasiva como siempre solo acaricio la mejilla de su hijo mayor, dándole un fino beso en la frente.

-No te preocupes, mi niño, cuando tu padre llegué te compraré otro igual... hijo en esta vida la mayor parte de las cosas materiales tiene solución, sin embargo, el odio y el rencor puede que no...

Tweek suavizo su rostro, pensando que tal vez haberle gritado a su hermana y haberla echo llorar no fue la mejor de sus pequeñas ideas.

- ¿Crees que me perdoné? -Su madre asintió, sonriéndole.

-Amor, los hermanos son los tesoros más importantes de nuestras vidas, siempre deben aprender a perdonarse entre ustedes... Enséñales con el ejemplo Tweek, pídele perdón y veras que estará pegada a ti como siempre.

Tweek sonrió abrazando a su mamá y subió corriendo las escaleras buscando a su hermana, desesperadamente.

- ¡Barbará, Barbará! -Sin embargo, de un momento a otro ya no estaba en su casa, si no que estaba un lugar completamente negro, donde no había nada, ni nadie.

- ¡Barbará, bebé! -Empezó a gritar desesperado. - ¡Bebe lo siento, barbará! ¡Bebé!

Tweek empezó a llorar desconsoladamente, cayéndose al piso sintiendo una presión sofocándolo, desesperado por que alguien llegará.

- ¡Papá!, ¡Mamá!, ¡Leo!...

- ¡bebé! -Se sentó de golpe en el sofá donde se había quedado dormido, su respiración estaba agitada, sentía su boca seca y las mejillas húmedas.

Había sido una horrible pesadilla.

- ¿Estas bien, honey? - ¿¡DE QUIEN ERA ESA VOZ!?

- ¡AHHHGGG! -Tweek se asustó más, cayéndose ahora si del sofá y llevándose un buen golpe.

- ¡TWEEK! -Ahora si identifico la voz, era Craig, su novio. - ¡Por dios bebé! ¿estas bien?

-Si... -Craig ayudó a acomodarse nuevamente en el sofá, haciendo que Tweek viera que ya era de noche y que Craig ya traía su uniforme de super héroe, aunque no sabía si venía o apenas iba a realizarlo. - ¿Qué haces aquí?

- ¿Qué no puedo estar en mi propia casa? -Craig sonrío de medio lado, haciendo a sonrojar al rubio que empezó a negar paranoicamente. -Tranquilo amor, solo vine a traerte algo de comer antes de irme, tengo turno con Kenny y no quiero que te sobre esfuerces... ¿tuviste una pesadilla?

Tweek se mordió el labio, si que había sido una horrible pesadilla, pero también la carga de ser el mayor lo estaba consumiendo, necesitaba desahogarse pronto.

-S...sí. -Suspiro el chico mientras veía que Craig había dejando en la mesita de mesa un poco de café y comida, extendiendo su mano para tomar el café. -Es sobre mi...mi hogar.

Eso sorprendió al chico de cabello azabache, en ocasiones le llegó a preguntar sobre su mundo antes de llegar a la tierra, pero el rubio siempre le decía "es hermoso, pero no vale la pena hablar de ello" y tampoco sabía mucho sobre sus raíces, sobre su familia y sobre como sobrevivió cuando llegó.

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