Capítulo XXV: Tormenta eléctrica.

145 19 1
                                    

Apenas la chica sintió que le monstruo se calmaba se posos en su mano para que la bajará y en el proceso, de su pierna saco una hermosa flor blanca, que le regaló con lo que pensó Karen era una sonrisa.

-Muchas gracias, grandote. -Karen le dio un beso en su mano mientras olía la flor, no la identificaba, pero olía muy rico, la guardaría en su cabello, atado a su tiara de princesa.

El monstruo se incorporó y sin mirar a nadie más empezó a avanzar, llevándose curiosamente a los Uncaros, los cuales parecía que le tenían miedo al monstruo.

-Nunca dejas de sorprenderme princesa. -Le había dicho Dougie mientras se acercaba a ella para abrazarla.

Karen solo rio y respondió al abrazo del chico, poco a poco el llanto de las almas también se alejaba.

-Muy bien hecho, Karen. -Le sonrió Leo mientras se acercaba a ella. -Esa es tu mayor virtud, tu corazón.

-Aún lo mantengo latiendo, Butters. - Dijo con burla la chica mientras todos volvían a incorporarse a buscar a Barbs.

Caminaron unos minutos ya más tranquilos, hasta que una espesa neblina empezó a formarse, una muy blanca que empezaba a dificultar poder ver todo lo que estaba alrededor.

-Esto es muy denso, Human Kite ¿puedes despejarlo? -Preguntó Coon mientras intentaba ver más adelante.

Kyle empezó a volar y crear tornados de viendo, pero la niebla ni siquiera se movía de su lugar.

-Esta hechizada. -Llegó a la conclusión Stan, harto de la magia en esos momentos.

Tweek se le quedo viendo a la niebla, podía sentir su calor, pero llegaba un punto que no podían traspasar, como si fuera un muro que no les permitía entrar en esa parte del bosque, como si fuera tierra sagrada.

En sus recuerdos, solo los niños podían entrar, por ser almas puras, pero ellos no.

- ¿Podríamos rodear no? -Sugirió Call Girl mientras veía con atención la niebla.

- Kyle y Mosquito podría levantarnos y atravesarla volando. -Dijo Heidi como una segunda opción.

Pero Leo y Tweek se quedaron viendo la niebla.

-Sabes que no son tierras sagradas, ¿Verdad? -Leo inicio la conversación.

-Esta asustada.

- Lo sé, pero lo que no sé es como llegar a ella.

Tweek se quedó viendo a su hermano, después suspiró cansado.

Todo ese tiempo siempre cuido de ellos, siempre estuvo intentando que fueran buenas personas y que fueran felices, pero ¿había fallado? Leo no era precisamente la persona más buena del planeta, era un villano que hacía cosas buenas y malas; mientras que Barbs, la había hecho muy dura de exterior, pero seguía siendo la misma chiquilla de cuando tenía 5 años y se caí y se ponía a llorar haciendo que sus padres fueran inmediatamente a consolarla.

Tweek era consciente que también no había mucha diferencia entre él y sus hermanos, pero, siempre intento dar lo mejor de sí mismo.

-Somos un desastre. -Tweek se apoyo de la niebla, Craig y Leo lo veían fijamente, temían que hiciera una estupidez. -Pero, no puedo rendirme con ella, nunca lo he hecho y nunca lo haré.

Butters se quedó viendo a su hermano y asintió, de mala gana y sin ideas claras.

Tweek volteo a ver a sus amigos; Kyle y Mosquito no pudieron encontrar otra salida por arriba, ya que, si ellos subían, la neblina subía con ellos, imposibilitando su trabajo; la fuerza de super Craig no era suficiente como para romperla, puesto que al final de cuentas eran nubes y aunque golpeaba la zona que nos les dejaba proseguir y sus puños se deshacían con el aire; y Jimmy ya había dado la vuelta al bosque sin poder encontrar otra entrada.

– ¡ahg, odio la presión! -Dijo el chico rubio mientras se jalaba sus cabellos y Craig se acercaba a evitar que entrará en crisis.

Leo rio de mala gana, pero con una sonrisa divertida.

-jajaja desde niño has sido así Tweek, mamá siempre te decía que debías aprender a respirar porque si no un día, ibas a provocar una tormenta eléctrica que destruyera el pueblo. -Craig volteo a ver a Leo, interesado.

- ¿No que era normal en tu planeta? -Le preguntó a Butters directamente, pensando que el estado de paranoia de su pareja era normal de su tierra, como Tweek le afirmó.

- ¿Normal? ¡Claro que no! Cuando Tweek era niño y se presionaba de más creaba tormentas eléctricas tan exactas que nuestros padres tenía que ir a pedir disculpas a los vecinos por destruirles sus casas. -Leo quería reírse, recordaba que su padre siempre lo tomaba con calma mientras su madre también entraba en pánico.

Tweek quería matar a Butters en ese momento, pero ese recuerdo era la solución a su problema.

- ¡UNA TORMENTA ELECTRICA! -Dijo con soltura, haciendo que todos lo voltearán a ver. -Si concentro específicamente mis rayos en las nubes de la neblina, puedo crear una ventana.

-Okay, tal vez una descarga más o menos poderosa pueda darnos una ventana de 15 segundos sin que nos electrocutes a nosotros. -Leo apoyaba la idea, por lo que todos se hicieron a un lado para que Tweek pudiera trabajar cómodamente.

- ¿Sabes crear tormentas exactas sin entrar en crisis? -A Leo se le vino ese pequeño detalle de mente, pero el chico asintió.

-Hay un recuerdo que me ayuda mucho.

- ¿Cuál?

-El día del bosque... -Y es que ese día, fue cuando el rubio sintió que lo perdió todo.

Era un día nublado, jamás supo que paso exactamente ese día, solo recordaba estar en el patio de su casa, ese que daba al bosque de su mundo y que tenían prohibido entrar solos, estaba él con sus hermanos, jugando.

No supo de donde vino la explosión, no supo cuanto tiempo fue de que su madre, en un estado de pánico completo llegó con ellos, rompió la reja y los 4 entraron juntos al bosque, recordaba a ver entrado con aquel hombre rubio que venía corriendo, llorando, presa del pánico ¿Dónde estaba su padre? No lo volvió a ver desde la mañana que se había ido apurado de su casa.

Vio a su madre caer, quería regresar por él, sin embargo, este le grito "¡Corran niños, no miren atrás!" y aún, en sus pesadillas, puedo recordar la voz desesperada de su madre diciendo que huyeran, que siguieran avanzando y por miedo a lo desconocido hizo caso y en algún punto dejaron su bosque, para estar enfrente del bosque de South Park.

Ese dolor, ese miedo, esa fuerza que tuvo que tener al sentir la mano de sus dos hermanitos, aterrados, viéndolo a los ojos sin saber que iba a ser de sus vidas ahora, sin sus padres, sin su familia, sin saber nada de aquel nuevo lugar... Todo aquello era su poder, todo aquello lo resentía su corazón, pero eran sus manos quien lo dirigían a la esperanza, esperanza de que sus padres estén vivos, esperanzas de que su hermana este bien, esperanzas de un nuevo futuro para su bebé.

-Una...dos... ¡tres!, ahora Tweek. -Dijo Leo y un rayo atravesó el cielo, sin necesidad de nubes negras, logrando que se abriera una ventana. - ¡Funciono, corran!

Craig estaba sorprendido, pero también se dio cuenta de una cosa. Tweek era mas fuerte de lo que muchos de sus amigos lo subestiman.

Somos hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora