Lena siempre ha sido una conquistadora, pero su última relación le rompió el corazón y ahora intenta reunir los pedazos.
Mientras tanto, el destino no se lo pone fácil y hace que acabe compartiendo piso con Julia; que con su chaqueta de cuero y sus tatuajes de chica mala es la más pura expresión de la tentación.
Julia también dejó de creer en el amor después de Artem. Tras su relación, arrastra un dolor al que no ha sido capaz de enfrentarse ella sola, pero está en Londres para curarse y pasar página; y como es una jugadora tan experimentada como lo era Lena, no perderá la oportunidad de intentar arrastrarla a su juego.
Lena tendrá que luchar contra sus provocaciones, pero el peligro tiene los ojos azules más bonitos del mundo... Y quizá la prudencia esté sobrevalorada.
