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Extrañar es el costo que tienen los buenos momentos

Saori Takahashi

Hasta el momento he seguido al pie de la letra absolutamente todos los procedimientos que me ha dicho el doctor; medicamentos, ciertas rutinas, etc.

Estaba tranquila en casa, por fin descansando.

Hasta que tocaron la puerta de la casa y salí a abrir

Nuestros ojos chocaron, sentí un gran escalofrío recorrer mi cuerpo por completo...

Katsuki Bakugou

Estaba en la agencia, solo haciendo papeleo de algunas misiones que había tenido.

Como odio el calor, es totalmente insoportable a estas horas del día y para hacerlo peor, no sirve el maldito aire acondicionado.

Estaba apunto de acabar el maldito papeleo y por fin ir con mi esposa

Dicen que una mente ocupada no extraña a nadie, pero aquí estoy yo, con mil cosas que hacer y siempre, pero siempre elijo pensar en mi esposa.

Solo en Ella...

Escuché una notificación en mi teléfono, inmediatamente revisé de que se trataba

Un mensaje de un número desconocido...

me metí a ver de qué se trataba

-¿Tú esposa está en casa?
-Bueno, no importa, lo veré por mi misma.

¿Qué caraj-
¡Al diablo!

Salí corriendo rápidamente a casa, a tiempo récord. A la par que sentía una gran punzada en mi pecho.

Mi esposa estaba en peligro, tengo que ir a ver si está bien.

Tengo que salvarla

No puedo romper mi promesa

No quiero hacerlo.

Saori Takahashi

-Akemi....- abrí los ojos con sorpresa

-Hola, Sao- mi miró sonriente, moviendo la mano de lado a lado

-¿Qué haces aquí? ¿en que puedo ayudarte?- le sonreí de vuelta, de lado. Aunque aún estando dudosa

-Vine de visita.

-Oh...claro...entra- me hice a un lado

-Gracias- pasó -Por cierto, felicitaciones por lo de tu boda. Sabía que eran el uno para el otro.

Aun me sentía mal por todo, porque aún sentía que "le había quitado al novio" y que por mi culpa ella se quería quitar la vida. Sin quitar el hecho de que me casé con él...

-¿Gustas algo de tomar?- le pregunté ya estando en la sala de estar -Tengo agua, jugo, té o puedo hacerte un café...

-Un vaso con agua, por favor- asentí entrando a la cocina

-Y bien...¿cómo has estado?- Salí de la cocina con el vaso con agua en mi mano

-He tomado sesiones de terapia y he estado mejorando, dicen que muy pronto dejaré la terapia si sigo mejorando...¿y tú, cómo has estado?- dió un sorbo a su vaso

-Me parece increíble eso, Akemi, y yo...he estado muy...bien.- Miré a otro lado, no quise meterme en detalles...

-¿Por qué me mientes?- me sorprendí

-¿a que te refieres...?- me hice la tonta

-Te ves decaída, pálida y algo...débil. Se sincera por favor...¿que es lo que tienes?- levantó sus cejas preocupada

-Mi corazón...necesito un transplante...- mis ojos comenzaron a amenazar con lágrimas

Antes de poder terminar mi oración con lo del donante ella me interrumpió, colocándose en el suelo de rodillas

-¿Q-qué es lo qué haces...?- hablé totalmente confundida -¿Akemi?- ahora estaba más que confundida al ver que tomaba mi mano

-Acepta mi corazón, por favor, ¿si?

-¿Eh?- abrí mis ojos como platos -¡T-tranquila! Ya hay un donante...levántate...por favor- le extendí la mano

-¿En serio?

-Si, pronto veremos cuándo será la operación

-¡Eso me parece genial, Sao!- sonrió ampliamente y me abrazó con fuerza

-Gracias- moví mis manos como pude en su espalda

Ella estuvo a punto de decir algo más hasta que abrieron la puerta

Mi esposo...

¡¿Mi esposo?!

-¿Kats, qué haces aquí?

-¿Akemi?- él fijó su mirada en ella mirándola perplejo

-Katsuki- ella lo nombró con una sonrisa de lado

-¿Q-que haces aquí?- bajó sus cejas solo estando expectante de ella

-Solo vine de visita, a saludar.- achicó sus ojos

-Vete.- habló seco 

-¿Kats?- le hablé, pues la estaba corriendo.

-De verdad no quiero hacerles nada malo, nada de eso...de todas formas sólo venía a saludar, así que me voy. Gracias por el vaso con agua, Sao.- colocó este mismo en la mesa pequeña de la sala de estar para dedicarme una sonrisa 

Después ella se acercó a mi para abrazarme

-Vamos Sao, es el momento en el que la princesa se quite la corona para ponerse la armadura, la vida te está poniendo a prueba ahora, demuestra que eres fuerte- me susurró

Al separarse de mí, me guiñó el ojo para después pasar al lado de mi esposo y solo palmearle el hombro

-Cuídate, Katsuki. Te quiero muchísimo a ti como a tu esposa.- fue lo último que dijo para después salir de casa.

-¿Te hizo algo?- mi esposo se dirigió a mi algo confundido

-No...nada...solo venía de visita, supongo.- aún me quedaba viendo la puerta -Pero...¿cómo sabías que ella estaba aquí?- volteé a verlo

-Un mensaje me llegó y... me preocupé

-Ya veo- me abrazó, recargando su barbilla sobre mi cabeza

-Si pudiera traerte a mi lado con tan solo el hecho de pensarte, soñarte e imaginarte;
créeme que entonces, no me faltarías ni un solo día, ni un solo instante. Así podría cuidarte en cualquier momento

-Puedo cuidarme sola

-Yo me prometí cuidarte.- bajó su cabeza y me miró a los ojos

Entonces lo besé

Te beso y quiero decirte que no sé exactamente donde estoy ni como estoy, pero es exactamente donde necesito estar.

𝓢𝓸𝓵𝓸 𝓽ú 𝔂 𝔂𝓸     (Bakugou Katsuki y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora