XVI

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—Con cuidado, porque sino se romperán las hojas de los brotes —sonrió.

Estaban en la huerta que semanas atrás había ayudado a Zarek y Cala hacer, y ya podían verse algunos pequeños brotes. En su pecho llevaba a los mellizos, mientras veía a Cala regar.

—Zarek, por las dudas no te acerques mucho a las cabras, cariño —le dijo con desconfianza, viendo como el niño las alimentaba.

—Natalie, papá dice que quiere hablar contigo —le dijo Blake llegando a ella.

—¿S-Sí? Pero diles que los bebés están despiertos, no puedo ir ahora.

—Nosotros los cuidaremos —pronunció Kaelan llegando con Biel.

Natalie observó insegura a los bebés, y luego a los hijos mayores de North.

—De acuerdo. Están tranquilos por ahora, creo que les gusta estar afuera.

Le dió con cuidado a Ewan a Kaelan y a Hazel a Biel.

—Tengan cuidado con sus cabecitas, téngalas bien con su otra mano.

—De acuerdo, ve ahora que te está esperando —le dijo el mayor.

—¿Y dónde está él?

—En la habitación de los bebés —pronunció Blake.

Asintió con la cabeza y se dirigió a la cabaña, sintiéndose nerviosa. ¿Por qué debía sentirse nerviosa? No había motivos para estarlo.

North sólo quería hablar, quizás quería contarle de la mujer de Yamir, sólo faltaba una semana para que el muchacho fuera a buscarla.

O tal vez quería explicarle cómo se organizarían cuando la chica llegara, con el cuidado de los niños.

Entró a la cabaña y fue hasta la habitación, encontrando al pelirrojo sentado en la cama.

—North, Blake me dijo que querías hablar ¿Qué ocurre?

—Ven, acércate, es más, siéntate aquí junto a mi.

Se sentó junto a él y lo miró a los ojos, sintiéndose incómoda.

—¿Qué te pasa?

—N-Nada, es sólo que me sorprende que quieras hablar a solas conmigo.

—Estás tensa ¿Qué te incómoda?

—Ah p-pues, aún no me acostumbro mucho a el hecho de que... E-Estés desnudo.

—¿Te molesta mi cuerpo? —le inquirió mirándola a los ojos.

Observó sus iris ámbar y su rostro se puso rojo rápidamente, antes de negar con la cabeza.

—N-No, tienes un muy buen cuerpo, ¡Quiero decir! T-Tu cuerpo e-está bien.

Arqueó una ceja y Natalie cerró los ojos.

—¡No me mires a-así! Me estás poniendo nerviosa.

—¿Así como?

—¡Así! Como un cazador ve a su presa antes de saltarle al cuello.

—Que imaginación tienes.

—North, sólo dime que necesitabas, antes de que los bebés se pongan fastidiosos con los niños.

La tomó de las manos y Natalie lo miró a los ojos, sintiendo que su corazón comenzaba a latir rápido... Algo que North podía sentir por el pulso de ella.

—¿Podrías quedarte nosotros? No te pido que sea para siempre, sólo un tiempo... Hasta que los bebés sean más grandes y no tan dependientes. Prometo buscar la forma de pagártelo si lo aceptas. Hasta te daría una porción de mis tierras si dices que sí.

Lo miró, perdiéndose en su mirada.

—Natalie ¿Aceptas o no?

—S-Sí —susurró—. Pero no me debes nada, lo hago porque amo a los niños.

Sonrió suavemente, quizás una de las pocas sonrisas que había visto de él hasta ahora.

—Gracias, juro que te daré lo que me pidas a cambio. Mis hijos son lo más importante que tengo y su bienestar es todo para mí.

🌑🌑🌑

¡Ay Natalie! ¡¿Qué pasa contigo?! No puedes ser tan estúpida ¡No eres una chiquilla! No puedes ponerte nerviosa por la cercanía de un tipo, tú no eres así. Pensó frustrada, yendo a la habitación de al lado, dónde estaban sus bolsos.

Buscó unos productos de higiene y luego fue hasta la sala, dónde North estaba con su abuela.

—Iré al río, me gustaría tomar un baño, hoy está haciendo mucho calor. Seguramente los niños quieran venir conmigo.

—De acuerdo, en un momento los alcanzo. ¿Y para qué es esa caja? —le inquirió curioso.

—Para los bebés, es una piscinita inflable, será más cómodo bañarlos así —sonrió.

Él la miró curioso ¿Piscinita? ¿Qué era eso? Natalie al ver su expresión, rápidamente desvió la mirada... ¡¿Siempre se había visto tan lindo?!

—¡Te esperamos en el rio! —exclamó saliendo rápidamente de la cabaña.

—Creo que esa chica estaba nerviosa.

—Sí, huelo lo mismo, no sé que le pasa.

—Tal vez tú la pones de ese modo —sonrió la abuela.

—Eso también lo sé, sólo que no entiendo porqué —le dijo pensativo—. Creo que se incomodó cuando le pedí que se quedara con nosotros.

—Ten cuidado como la tratas, North, no creo que quieras confundirla.

...

NorthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora