IX

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Cómo le había dicho, se había levantado temprano en la mañana para ir hasta la familia con quién intercambiaba productos en el este. Para la tarde, había regresado a su casa con varias telas y madejas de lana.

Al decirle a Cala que Natalie las usaría para hacerle ropa, la niña no pudo más de la emoción. Le encantaba que la rubia le regalara cosas, por más mínima que fueran.

Y luego de estar hasta la madrugada tejiendo y anudando, finalmente había podido dormir, después de haberle hecho dos enteritos tejidos con puntos abiertos a los bebés.

Entró a la habitación, y observó cómo estaba abrazando a ambos contra su cuerpo, y a su lado, estaba Cala abrazada a su espalda.

Se subió a la cama, y se acostó a su lado, tomando a uno de los bebés para tenerlo él, pero inmediatamente Ewan dió un grito, antes de comenzar a llorar, alertando a Natalie.

—¿Qué pasó? —le preguntó adormilada.

—Nada, acuéstate.

—No, dámelo —le dijo sentándose.

—Cuando tú ya no estés, él tendrá que acostumbrarse a mí.

—Pero despertará a Hazel y Cala también.

—Tranquilo Ewan, no hay motivos para llorar, estás conmigo —le habló con calma al bebé, que se retorcía en sus brazos para que lo dejara.

—Es un motivo más que suficiente para llorar.

North la miró con molestia y ella se encogió de hombros, riendo bajo.

—Pero es la verdad. Dame al bebé.

Gruñó con molestia y se lo entregó.

—Venga conmigo mi pulguita preciosa, ya no llores amor, ya estás conmigo —lo abrazó a su pecho, escuchando como se quejaba, aferrándose a ella—. Ves amor, estás conmigo, no llores príncipe.

Lo acunó a su pecho, y le acarició suavemente el cabello, antes de darle varios besos cortos en sus mejillas.

—Eso es pequeño, duerme nuevamente.

Antes de acostarse, acomodó mejor en la cama a Cala, ya que estaba durmiendo torcida y a la mañana le dolería la espalda. Le dió un beso en la frente, y luego se acostó de lado, acomodando a Ewan y Hazel sobre su brazo.

North se quedó mirándola, suspirando.

—Natalie, si Yamir lo consigue, te irás en menos de tres semanas.

—Lo sé y no quiero pensar en eso ahora —le dijo cerrando los ojos.

North se acostó también, mirando el techo. Quizás no había sido buena idea, los bebés sufrirían mucho, Cala también.

—¿Dormirás aquí con nosotros?

—Sí, hasta que ellos comiencen a aceptarme.

🌑🌑🌑

—Ay no puede ser —se quejó haciéndose un ovillo en la cama, apretando las sábanas bajo una de sus manos.

—Natalie ¿Qué ocurre? ¿Qué te duele?

—N-Nada, cariño, es sólo-

—Iré a buscar a mi papá —le dijo Cala antes de irse corriendo.

Demonios, ¡¿Justo ahora le tenía que llegar el periodo?! ¿Cómo cuidaría de los bebés así?

El pelirrojo no se tardó en llegar, mirándola preocupado.

—¿Qué tienes?

—Sólo me duele el útero.

—¿Qué? —le preguntó confundido.

—El órgano que aloja al bebé cuando se forma —se quejó, apretándose el vientre—. Dios, sólo es mi periodo, estoy sangrando.

—Ah, entiendo... ¿Necesitas que te traiga algo?

—Sí, mi botiquín.

Se tomaría un antiflamatorio y se que quedaría en cama todo el día. Estaba segura que con un día de reposo, estaría mejor al siguiente. El problema... Es como haría con la menstruación.

—Aquí tienes —le dijo entregándole el botiquín—. ¿Hay algo más que pueda hacer por tí?

—N-No, no te preocupes, estaré bien, pero, quizás necesite que hoy me ayudes con los bebés.

—Está bien.

🌑🌑🌑

—¿Por qué nuestro padre está con la humana? —preguntó con el ceño fruncido Kaelan, mirando hacia la cabaña.

Estaba con Biel en el patio, ambos dándole filo a unos palos que usarían cómo lanzas para ir a pescar.

—Cala dice que ella no se sentía bien, que estaba sangrando o algo así.

—Ya quiero que pasen rápido las semanas que faltan y se vaya de aquí —gruñó—. Espero el tío traiga a la omega esa aquí.

—Yo lo mismo, pero está cuidando bien de los cachorros.

—No lo hace por gusto, Biel, lo hace porque papá la tiene amenazada. Si fuese por ella, ya se habría ido con los humanos.

—Puede ser, pero Cala la quiere mucho —le dijo tomando otro palo, luego de terminar con el que tenía.

—No sólo Cala, Zarek y el imbécil de Blake también. Esta mañana cuando fuimos a cazar unos conejos con Yamir, le ví que tenía puesto ese estúpido brazalete que le hizo.

—¿Dónde está Blake después de todo? —le preguntó curioso.

Aunque se llevaban un año de diferencia, Blake siempre estaba con ellos dos, eran muy unidos los tres.

—Se ofendió cuando "accidentalmente" le rompí la porquería esa —sonrió con burla.

Biel observó a Kaelan y negó con la cabeza, antes de suspirar.

—¿Y a ti que te pasa ahora? ¿También simpatizas con esas humana? —gruñó.

—Si tú no la quieres, está bien, pero no te metas con el cariño que nuestros hermanos le tienen. Sólo te ganarás problemas con papá.

—Pues si nuestro padre prefiere a una humana, en lugar de su hijo, me iré de aquí —gruñó con rabia—. Que el elija.

...

NorthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora