XXXIV

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—¿Qué pasa? Creí estarías bien ahora que ella ha regresado —le preguntó confundido Yamir.

—¿Tú has tenido algún problema con Lucero? En la intimidad hablo.

—No ¿Por qué?

—Lucero es más pequeña que Natalie, al igual que tú eres más bajo que yo, entonces la relación que hay entre tú y Lucero, y Natalie y yo, sería comparable ¿Verdad?

—Mm sí —le dijo pensativo—. ¿Por qué?

—Ella no quiere tener sexo conmigo, dice que soy muy grande y que le va a molestar y causar dolor.

—Bueno las primeras veces si fue incómodo para los dos, y doloroso para ella, pero después ya no. Además, siendo cuidadoso, ella puede disfrutarlo.

—Sabes Yamir, yo creo que ella no siente nada por mi —pronunció en un tono bajo—. Tal vez sólo aceptó esto porque se sintió obligada de algún modo, al tener que cuidar de los niños.

—Pero ella tuvo la oportunidad de irse y no volver, y sin embargo regresó.

—Pero no lo hizo por mi, lo hizo por mis hijos —murmuró—. No la obligaría a nada, pero tampoco quiso intentarlo, se negó simplemente.

—No sabría que decirte, hermano, no conozco mucho de humanas.

—No lo voy a intentar ya.

—Pero ella tiene interés en tí, todos sabemos eso.

—No, no es interés de compañera lo que siente por mi, es como un cariño de amigos, sólo eso.

🌑🌑🌑

Suspiró al terminar de colocar el último tronco en el techo, y se bajó con cuidado. Lo único que faltaba era revestir la paredes y el techo, y la habitación estaría terminada.

Se sentó por un momento en un banco, y se sirvió un poco de agua. Miró sus manos, y luego el resto de su cuerpo... ¿Qué estaba mal con él? ¿Por qué Natalie no podía sentirse atraída por él? ¿Qué buscaban realmente las humanas?

Físicamente era muy parecido a sus hombres humanos, sólo eran un poco más grandes y rudos quizás.

—Y encontramos a su papá —sonrió Natalie entrando a la habitación con los mellizos, llevándolos en brazos a ambos—. Te estábamos buscando, Cala y Zarek querían salir a caminar un rato. Hasta ya preparé a los bebés, mira que bonitos se ven.

Les había puesto un enterito a cada uno de lana, con un gorrito de conejo a Hazel y de oso a Ewan.

—Sí, se ven bien los dos.

—¿Vendrás entonces con nosotros? —sonrió.

—Sí, en un momento salgo, debo acomodar unas cosas antes.

Ella lo miró, curiosa.

—¿Estás bien?

—Sí.

—¿Sigues molesto por lo de anoche? —le preguntó en un tono bajo.

—No, y olvida lo que pasó anoche, está todo bien.

—De acuerdo —sonrió—. Te estaremos esperando con los niños afuera.

🌑🌑🌑

Lo había notado muy pensativo, callado, y eso que él no solía hablar mucho tampoco. Y luego del paseo con los más pequeños, él ni siquiera había querido pasar tiempo con ella.

North siempre estaba con Natalie cuando no estaba cazando o pescando con sus hijos, siempre pasaba tiempo con ella y los bebés, pero esta vez, no había ido.

Ni siquiera, al llegar la noche, le había dicho a Cala y Zarek que se fueran a dormir a su habitación, lo cual más la extrañó.

Luego de hacer dormir a los bebés, y los más pequeños, se fue a buscarlo a la habitación, sorprendida de no encontrarlo allí.

—Biel ¿Sabes dónde está tu papá?

—Sí, estaba en la habitación de afuera, creo que cubriendo las paredes.

—Gracias, cariño —le dijo antes de salir.

Fue hasta la habitación que sería suya, y lo encontró sellando el espacio entre los troncos con un preparado especial de arcilla.

—Ey, ya es muy tarde, déjalo así —sonrió acercándose a él, apoyando una de sus manos en su brazo, acariciándolo—. Vamos a dormir.

—No tengo sueño —le dijo tomando más del preparado entre sus manos, ignorando su caricia para continuar con la pared.

—Pero es tarde... Los niños ya se durmieron además.

—Bueno, ve a dormir tú entonces.

—North, dijiste que olvidara lo que pasó anoche, pero yo siento que estás enojado conmigo.

—No, Natalie, no estoy enojado conmigo.

—¿Y entonces por qué me tratas así? Hoy has estado muy extraño conmigo.

—Creo que es lo mejor —le dijo en un tono bajo—. Podemos vivir juntos cuidado de los niños sin nosotros ser una pareja.

—¿Q-Qué? ¿Por qué me dices eso?

—Porque yo sé que tú no sientes nada, Natalie, y quiero que entiendas que tú no debes sentirte obligada a estar conmigo por ellos, yo jamás te alejaría de los niños.

—P-Pero-

—No voy a seguir intentándolo, creo que fuí siempre sincero contigo, y mis intenciones las dejé en claro desde un principio... Y lamento que no haya funcionado, porque yo... Sí quería tener algo contigo —pronunció bajo.

...

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