Había ido de excursión en un viaje turístico a una reserva natural. En aquella época del año, les habían explicado que el río era propicio para poder bañarse en el y refrescarse.
Muy diferente en invierno, cuando incluso solía congelarse el nacimiento del mismo.
Y Natalie había decidido alejarse de su grupo de viaje, y salir a explorar por su cuenta la reserva.
Sí, quizás tenía que haberse detenido en el cartel que decía "NO AVANCE, ZONA SALVAJE", o tal vez no haber cruzado por la cerca con alambres de púas, o tal vez, no lo sé, no haber ignorado el cartel de dos metros de alto por cuatro de ancho que decía "ZONA PRIVADA, ACCESO RESTRINGIDO"
Es que las señales a veces eran bastante confusas para alguien con una mente muy curiosa como la de ella.
Así que ahí se encontraba ahora, siendo sujetada por un enorme tipo de un metro noventa y unos cien kilos, que además de lucir intimidante, no sólo estaba desnudo, sino que también se la quería llevar como "trofeo exótico"
Porque claro, en su familia, no tenía una humana.
—¡¿Te volviste loco?! ¡No pienso ir contigo!
—No es como que tengas muchas opciones tampoco —le dijo tomándola en brazos.
—¿Pero que carajos? ¡Suéltame, idiota! ¡Bájame! —forcejeó, intentando liberarse.
—Tus golpes no me hace nada —pronunció indiferente.
—¡Bájame! ¡Auxilio! ¡Ayuda!
—Aquí no hay humanos.
Miró desesperada a su alrededor, y al no encontrar nada con que defenderse, optó por hacer lo único que estaba a su alcance, morderlo.
Abrió su boca y le mordió el hombro, antes de soltarlo y cubrirse la boca con ambas manos, evitando llorar. ¡¿Qué diablos tenía como piel?! ¡Le había hecho doler la mandíbula!
—¿Terminaste?
—No ¡Bájame ahora!
—No sirve de nada que te rehuses.
—¡No dejaré de gritar hasta que me bajes!
Rodó los ojos y continuó caminando con ella. Y así estuvo aguantándola, más de veinte minutos caminando, mientras la rubia no dejaba de gritar que la habían secuestrado, que alguien la ayudara, que la iban a violar.
Llegaron hasta una cabaña y la bajó, y no hizo más que soltarla, que ella lo observó a los ojos, fijo.
—¿Ya dejarás de gritar!
Miró hacia abajo y observó que la tierra estaba bastante seca allí.
—¡Ay! Mi tobillo —chilló, agachándose—. Ay, me duele mucho.
—Pero si ni caminaste, te traje yo hasta aquí.
—¡Ay me duele mucho! —gritó.
North rodó los ojos y se acercó a ella, agachándose.
—A ver, déjame ver tu pie.
Cuando lo tuvo lo suficientemente cerca, agarro un puñado de tierra, y se lo arrojó a los ojos.
—¡¿Qué demonios haces?!
Y no lo pensó dos veces, salió corriendo en dirección contraria a él, por donde habían venido.
Gruñó de rabia, frotándose los ojos. Esa estúpida creía que no iba encontrarla por no poder ver, y estaba muy equivocada, si había sido su aroma lo que le había atraído.
🌑🌑🌑
Se había perdido, de eso no había dudas. Y lo peor de todo, es que ya estaba anocheciendo. La copa de los árboles estaban tapando la poca luz que quedaba, y ya comenzaba a desesperarse.
—Piensa Natalie, piensa —pronunció completamente alterada.
Escuchó una especie de lobo aullar, y su cuerpo se estremeció por completo. ¿Qué carajos había sido? ¿Un lobo de verdad? ¿Uno de esos tipos raros?
Y se escuchó otro aullido a lo lejos, antes de escuchar más.
—Ay la puta madre —pronunció temblando, mirando asustada hacia sus lados.
¿Dónde diablos se había metido? ¿Y si había una manada allí? Si la encontraban, la terminarían atacando.
Observó los árboles, y buscó el que le pareció más seguro para trepar. Se quedaría allí arriba hasta que amaneciera. Además, de seguro la estarían buscando ¿No? ¿Cuánto podrían tardar en hallar?
...
🙊🌑❤️
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North
WerewolfTercer libro de Hijos de la Luna. ¿Por qué sería malo cruzarse todos los carteles con advertencia de "NO PASE, PROPIEDAD PRIVADA"? Inicio: 10/03/23