VI

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"—¡¿Quiero saber quién le hizo eso a la humana en el rostro?! —exclamó molesto mirando a sus cuatro hijos mayores.

Los niños bajaron la cabeza, con temor. Natalie al ver aquello, negó con la cabeza.

—North, déjalos.

—No, quiero una respuesta ¡Y no me hagan repetir la pregunta!

La rubia apoyó una de sus manos en el brazo de él, captando su atención.

—Ya te dije que me golpeé mientras estaba limpiando, los niños no hicieron nada.

Kaelan la miró en ese momento.

—Y yo te dije que no me creo eso.

—¿Podemos dejar este tema de una vez? Me gustaría preparar la cena antes de que los bebés despierten."

—Creí que estabas con los cachorros y Cala.

—Se durmieron hace un ratito, y yo quería un poco de aire.

Se sentó junto a ella en el tronco, ambos afuera de la cabaña, mirando hacia el bosque.

—Gracias por limpiar la casa, mi abuela me dijo que hiciste todo sola, que los niños no quisieron ayudarte.

—Es entendible, los niños perdieron a su mamá hace muy poco, y quizás me ven a mi como una amenaza. Sin contar con el hecho de que son niños después de todo, sería raro que les gustara acomodar.

—Sí, no fue fácil perder a Selai... —murmuró.

Natalie lo observó, curiosa.

—¿Quieres contarme de ella?

North suspiró, y miró hacia el cielo.

—Selai y yo nos conocimos cuando teníamos la edad de Yamir, para ese entonces, mis padres y mis demás hermanos aún vivían conmigo. Al año siguiente nacieron nuestros primeros hijos, Kelan y Biel. Dos años antes que naciera Zarek, el más pequeño de los varones, mis padres murieron en un enfrentamiento con una familia vecina. Mis hermanos nos dejaron, y quedamos nosotros solos, mi abuela, Yamir, Selai y los niños.

—Lo siento mucho —le dijo en un tono bajo.

—El embarazo de Selai venía con complicaciones, sabíamos que el parto no iba a ser fácil, pero... Jamás creí que iba a perderla —pronunció bajo, intentando ocultar el dolor que le causaba aquello—. Y entonces me encontré solo con dos cachorros recién nacidos, sin saber cómo cuidarlos, y cinco niños pequeños que también dependían de mí. Mi familia entera depende mí, Yamir es muy joven aún para ir a cazar solo, y mis hijos muy pequeños para poder acompañarlo. Mi abuela ha perdido la vista y la movilidad, es por eso que siempre está sentada en ese asiento.

—Eres el pilar de tu familia.

—Soy todo lo que ellos tienen, si a mí llegara a pasarme algo, los Redrivers no dudarían en venir y asesinar a mis hijos y hermano para tomar mis tierras.

Natalie lo observó afligida, antes de apoyar una de sus manos en el brazo de él.

—¿No puedes hacer aliados?

—Nosotros no actuamos de ese modo. Los machos al llegar a la adultez, buscan una hembra para dejar su familia y formar la suya propia. Es muy raro formar familias grandes, a menos que haya un macho alfa y luego varios betas.

—¿Y Yamir y tus hijos que son?

—Yamir es un beta, los niños aún son pequeños para saberlo.

—¿Y tu mujer que era?

—Mi Selai era una alfa —sonrió afligido—. Era una mujer fuerte, y no hablo solo de la fuerza física, sino también de carácter. Muchos machos le tuvieron miedo, especialmente cuando andábamos juntos.

—La amabas mucho.

—La respetaba, fue la madre de mis siete hijos, y eso es algo que yo nunca olvidaré.

—Eres un buen hombre, North. Quizás sientas que no lo estás haciendo bien, pero estás dándole todo por tus hijitos, y está bien equivocarse a veces.

—Gracias por quedarte a cuidar de mis cachorros —le dijo mirándola—. Y no soy tan animal para no darme cuenta que esto es injusto. Yamir me dijo que buscaría una muchacha, a quien tomar. Dice que en una de las familias del sur, hay una omega. Él cree que si la toma como su pareja, ella podría ayudarnos con el cuidado de los niños. Si él llegara a concretar la unión, yo te llevaré hasta la tierra de los humanos.

—¿H-Hablas en serio?

—Sí, pero eso será en una luna. Es cuando los machos de la edad de Yamir buscan pareja.

—Está bien, puedo esperar un mes —Sonrió, poniéndose de pie—. Iré a ver que los bebés y Cala estén bien.

—Y... Natalie, sé que lo que tienes en el rostro no fue un accidente, y estoy casi seguro que fue alguno de los niños el que te hizo eso. No los encubras, mentir por ellos, no es ayudarlos. Yo como su padre debo educarlos.

—Son muchos cambios para ellos en menos de un mes, North. Perdieron a su mamá, y ahora llegué yo. Ellos-

—Ellos deben saber que tú eres la segunda figura al mando cuando yo no estoy. Si yo me voy y los dejo a cargo tuyo, tienen la obligación de obedecerte. Mañana hablaré con ellos.

—Sólo no les grites, ni les pegues, háblales y explícales cómo lo estás haciendo conmigo.

...

NorthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora