XIX

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—Mm, me parece que papá está molesto con la humana —le murmuró Biel a su hermano.

El muchachito observó a su progenitor y luego a Natalie, frunciendo levemente el ceño.

—Sí, papá se ve molesto —le dijo tomando un trozo de carne.

—¿Crees que sea algo grave?

—No sé, ni me importa. Desde que dije que no me iba a meter con ella, hago que no existe.

Natalie observó a North levantarse de la mesa, antes de irse de la sala, dejándolos solos.

—Natalie ¿Por qué papá está molesto? —le preguntó Cala.

La rubia observó a los niños, y luego sonrió incómoda, encogiéndose de hombros.

—No lo sé, quizás no durmió bien anoche, ustedes saben que su papá carga con muchas responsabilidades.

—¿Por qué no vas a hablar con él? —le propuso Blake.

—Am... Porque no creo que haya nada que yo pueda decirle para que cambie de opinión.

—Sólo ve y pregúntale que le pasa —le dijo Biel, luciendo serio—. Después de todo, tú cumples ahora la función de la segunda al mando, es tu obligación saber que ocurre con él y solucionarlo.

Observó al niño y luego murmuró un de acuerdo, antes de levantarse de la mesa e ir detrás de North, que había salido de la casa. Los bebés estaban durmiendo, así que podría ir a hablar con él sin interrupciones.

—¿En serio esa es la obligación de Natalie? —le preguntó curioso Zarek a su hermano.

—Por supuesto que no, ella ni es de nuestra especie. Pero quiero saber que pasa con papá.

🌑🌑🌑

Caminó por el bosque insegura, hasta que lo encontró. ¿Qué tanto se había alejado en cuestión de cinco minutos? O ese hombre caminaba rápido, o había corrido hasta allí.

—Am, h-hola —le dijo acercándose al pelirrojo.

—¿Qué quieres? —le preguntó sin mirarla, cortando leña.

—Los niños están preocupado por tu humor.

—Estoy igual que siempre —pronunció quebrando un tronco, antes de tomar otro.

Observó los músculos de su espalda, de sus brazos contraerse cada vez que le daba con el hacha a los troncos, olvidándose por completo para que estaba allí.

Sí, era bastante excitante la vista, ya que estaba sudado, con el cabello alborotado, y claro, desnudo.

North gruñó al terminar de cortar un tronco y se giró para mirarla, molesto.

—Natalie, no te quiero cerca mío.

—¿Q-Qué? —le preguntó aturdida, saliendo de su ensoñación.

—Vete, no te quiero cerca mío. Dices que no quieres estar conmigo, y te excitas cada vez que estamos solos. No sé a qué quieres jugar.

Bajó la mirada, y luego le dió la espalda, dispuesta a irse. Claro ¿Cómo podía olvidar que era un bruto? Y no hizo más que dar dos pasos, que North la tomó de la muñeca.

—¡Ay no suéltame! Es la última vez que vengo a-

La giró de un jalón y la tomó del rostro con una de sus manos, antes de besarla. Natalie abrió los ojos sorprendida, y cuando él le apretó la mandíbula, jadeó abriendo la boca.

NorthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora