XVII

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—Días después—

¡Dios! ¡¿Cómo podía hacer tanto calor?! Quitó con cuidado su brazo dónde descansaban los bebés, y salió de la cama, sin despertar a los niños.

Necesitaba una ducha urgente.

Salió de la habitación y vio que North estaba durmiendo en la sala, dónde siempre lo solía a hacer desde que ella había regresado.

Buscó en uno de sus bolsos una toalla, y tomó su jabón, dirigiéndose a la puerta para salir.

—¿A dónde vas? —le preguntó sin abrir los ojos, sobresaltándola.

—¡D-Dios, hombre! Al menos avisa que estás despierto.

—¿A dónde vas a esta hora?

—A refrescarme un poco, tengo mucho calor —le dijo abriendo la puerta—. No me voy a demorar mucho, y los niños duermen.

Fue hasta uno de los laterales de la cabaña, dónde estaba el pozo de agua, y sacó varias cubetas, llenando una especie de fuente de arcilla que había allí.

Se sentó en un tronco, y se quitó el vestido que llevaba, quedando en ropa interior, antes de quitarse también el brasier. Tomó en un jarro un poco de agua, y se echó en la cabeza y luego por el cuerpo, antes de tomar el jabón y ponerse por la piel.

North salió en ese momento para preguntarle si necesitaba algo, cuando la vio de ese modo, semi desnuda.

Natalie se enjuagó el cabello y el rostro, y cuando abrió los ojos, al verlo a él, casi grita del susto.

—¡N-North! —exclamó cubriéndose los pechos—. ¿Q-Qué haces aquí?

—Quería preguntarte si necesitabas algo.

—N-No —le dijo envolviéndose en la toalla.

—Me quedaré aquí hasta que termines.

—¿Q-Qué? —le inquirió desconcertada, sintiendo su cara arder.

El pelirrojo se dió la vuelta, dándole la espalda.

—No es seguro que estés sola, me quedaré aquí afuera hasta que termines.

Lo miró insegura y luego se quitó la toalla, mirando hacia sus lados, antes de tomar más agua y echarse en el cuerpo. Ella no veía ni escuchaba nada, no veía la necesidad de que él esté allí.

🌑🌑🌑

Estaban todos comiendo, y ella con Hazel en sus brazos, dándole el biberón, porque al parecer, la bebé también quería comer con ellos. Natalie por su parte estaba con la mirada perdida, sin prestar atención a lo que los niños hablaban.

¿Siempre había tenido tantas pecas? Se inquirió mirando a North, y sabía que además las tenía en todo el cuerpo... Cómo para no saberlo.

Le observó el cabello pensativa, mientras Hazel la tomaba de un mechón de su cabello, mirándola. Ahora que lo observaba con detenimiento, podía ver que tenía varias tonalidades de pelirrojo, incluso habían algunos delgados mechones rubios y castaños, quizás por eso sus hijos Kaelan y Biel eran castaños, y Ewan era rubio. ¿Pero a quien había salido Blake con el cabello negro?

Tal vez su mujer tenía el cabello negro.

La niña se quejó y ella miró hacia abajo, sonriendo antes de darle un beso en la frente, y que la bebé cerrara los ojos. No le gustaba que Natalie la ignorara cuando la alimentaba.

NorthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora