Capitulo : 31

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Inhalando y exhalando el aire de su sistema de forma que lo ayudará a tranquilizarse, intenta mantener sus manos ocupadas con las servilletas que segundos antes, estuvo en el servilletero.

MinSeok solo sentía que el tiempo se detuviera y que el mundo dejara de hacer ese ruido ensordecedor a su alrededor.

O tal ves las ansias de ver y hablar finalmente con JongDae le estaban carcomiendo en su cabeza y ante cualquier ruido o movimiento irrelevante, se volvía el más llamativo y molesto para él en ese momento.

Siempre fue su cafetería favorita, pero parecía que, aún que para MinSeok las personas estaban siendo muy fastidiosas, en realidad MinSeok estaba siendo eso y nadie más.

Y estuvo por hacer un escándalo por una mesera dejará caer un poco de café fuera de su taza al entregársela, pero las palabras se quedan atrapadas en su garganta cuando siente su alma drenarse al contemplar a la persona que hizo sonar la campana del lugar cuando abrieron la puerta principal.

Observa claramente que el recién llegado preguntaba por él, pues era bien sabido que MinSeok ya era reconocido junto con JongDae en el programa, además de siempre frecuentar el lugar 3 veces a la semana; y ahora nota que la señorita le indica su asiento y este asiente en un agradecimiento.

Todo su cuerpo se tensa de inmediato.

Tomando una postura un poco más recta y limpiando lo derramado de su café sobre la mesa. Finge ser despistado cuando otro cuerpo toma asiento frente a él, carraspeando la garganta para ser notado.

—Buenas tardes, MinSeok-nim. — se inclina respetuoso y el mencionado simplemente asiente incomodo.

La verdad es que estaba muy incomodo con la formalidad que portaba JongDae con él desde entonces. Quería gritar "basta" pero no sabia si tenia ese derecho ahora mismo y lo menos que quería era hacer más tenso el ambiente.

Así que lo deja pasar.

— JongDae...

—¿Ya ordenó? — le pregunta mientras observaba la carta del lugar el contrario.

Era una reverenda mentira, conocía cada bebida, postre y producto que había en ese lugar, pero JongDae no tenía valor para observar directamente a MinSeok y comenzar a decir cosas sin sentido y pedirle perdón por su comportamiento de hace días, pero no podía, tampoco sabía si tenía la oportunidad y el privilegio de volver siquiera a interactuar con él.

— Solo un café, pero tal ves pruebe un pay de fresa. — comentó MinSeok con una sonrisa frazada, pues la fresa picaba siempre su lengua y eso siempre le disgustó.

JongDae también frunció el ceño sin más, tenía en cuenta que el contrario probaría de otros postres pero jamás de fresa.

— Bueno, yo tal ves pida un postre de limón con café.

Si estuviesen en una competencia de más mentiras en menos de una hora, ambos estarían a la par por todo lo que han dicho entre ellos, y aun que ambos lo saben, nadie cede por preguntar sobre sus elecciones de comida y bebidas.

Ya no se sienten con ese derecho sobre el contrario.

Ni a MinSeok ni a JongDae les gustaba el café, siempre preferían comprar capuchino, malteadas de sabores o té; consumían pay de queso o galletas de vainilla.

Ambos hombres tenían un caos en sus mentes, así como una gran tensión en su ambiente, pues después de que la señorita que pidió su orden se retirara, ninguno se atrevió a mirarse.

Todo en silencio, o al menos fue asi hasta que se comenzó a escuchar pequeños golpes en los vidrios del local.

Lluvia.

Había comenzado a llover repentinamente.

Nadie decía nada, más sin embargo, MinSeok sonrió de forma inconsciente ya que esa era su reacción a los días de lluvia. Un momento para relajarse y posiblemente reflexionar sobre qué lo que ahora estaba pasando en tu vida.

Y mientras un rayo atravesaba el cielo con un ruido estremecedor, MinSeok supo de inmediato que una decisión había sido tomada para ponerla en práctica ya.

—JongDae.

El mencionado no alza la mirada, pero está atento a lo que quiera decirle el contrario. Con otro suspiro saliendo de su cuerpo, MinSeok se arma de valor y sostiene con un poco más de fuerza, la taza entre sus manos, pues sabía que no podía sostenerse de otra cosa que no fuera el asiento o el objeto entre sus manos. 

— Posiblemente las últimas semanas han sido mejor para ti, pero siendo sincero, yo no he tenido días agradables — soltó a primeras, esperando una reacción del contrario, pero JongDae ni se inmuta con eso, así que, sin más sentimientos por guardar, quiso continuar con su sinceridad. — La verdad es que estoy agradecido con todo este tiempo apoyándome y siendo un mejor amigo como solo tu podías ser.

MinSeok, sin darse cuenta, pues ahora miraba solo su taza con sus ojos concentrados en el vapor que salía de su bebida.

No logra percatarse de la notable tensión en los hombros y brazos del contrario, quien aún no podía elevar su cabeza y notar que MinSeok comenzaba a llorar, pero impresionantemente la voz no hacia justicia al caos que era el castaño.

— Tienes derecho a molestarte más, pero te diré la verdad. Aun sigo confundido el por qué actúas de esta manera conmigo, siendo tan distante, cuando yo se en el fondo que no soy el problema de la distancia que hay entre nosotros.

Aclaró un poco mas firme y dejando guiarse por completo por su sentir. JongDae no decía nada, pero su corazón dolía extrañamente.

— MinSeok — intenta hablar ahora, pero sin elevar aun la mirada.

— No, ahora déjame hablar. — gruño con verdadero mal humor, sin pensar ya en detenerse — Estuviste en silencio durante muchos minutos y no aprovechaste para hablar, ahora déjame hacerlo, que tengo mucho que decir.

Fue en ese momento en el que JongDae y MinSeok elevaron sus miradas, y con mucha sorpresa, ambos notaron la apariencia de sus rostros.

Mientras el castaño tenía aun rastros de pocas lágrimas, el rostro de JongDae se mostraba afligido y con un indicio de próximas lágrimas, pues sus ojos cristalinos decían más que sus acciones en ese momento.

Por un momento, MinSeok dudo en seguir hablando, pero sabía que si no lo hacía ahora, jamás se atrevería nuevamente y esta era una última oportunidad para él, antes de dar por cerrado la decisión que tenía en manos y en su corazón.

Podían resultar en dos finales, ya sea para finalizar ese asunto o iniciar uno nuevo.

Así que continuaría, se arriesgaría.



- Dean. 

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