Capítulo: 38

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Soltando un suspiro pesado, con cuidado deja a HeeJin sobre el asiento de su oficina, indicando que se quede en su lugar mientras buscaba un espejo y algunas toallas húmedas para que arreglara su aspecto desalineado.

– Mierda – gruñe descontento cuando observa que ya no le quedan en su estante – debo pedir más. 

– No te preocupes por mí, JongDae, estoy bien. – aseguro la contrataría, mostrando una suave sonrisa hacia el cuándo solo le extendió una manta para cubrir sus piernas descubiertas. – Yo sabía que su respuesta seria negativa, pero... creí que así de mal.

– ¿Que se supone que hiciste? – pregunta el contrario, tomando asiento detrás de su escritorio.

La pelinegra se toma su tiempo para acomodar su cabello, mientras con voz suave y un poco temblorosa, comienza por describir la situación.

– Yo...solo quería hacer las paces – juega con sus manos fingiendo timidez y arrepentimiento – claro que tú me dijiste quien debería pedir disculpas era MinSeok, pero yo...no quería que las cosas fuesen más incomodas.

– Y aun así ignoraste mis palabras y fuiste – pasa su mano sobre su cabello, despeinándolo un poco en signo de enfado – sé que no eres mala persona por tener la intención de cambiar las cosas para bien, pero el resultado fue peor que el anterior, HeeJin

La mencionada sonrió en su mente al ver que JongDae ha caído en su teatro y sabe que lo tiene en la palma de su mano cuando ella abre sus brazos hacia el en una clara invitación.

– Siento haber ignorado tu consejo – hizo un puchero mostrándose tierna, cosa que no movió a JongDae, pero si asintió ante la disculpa – ¿me das un abrazo?

El contrario no puede negarse, pues se trata de una amiga en busca de consuelo, y sabe que a los amigos se tienen que cuidar en las buenas y en las malas.

Después de la confesión que tuvo por parte de MinSeok, creyó que la mejor persona para ayudarle a entender las ideas en su mente confundida seria HeeJin.

Siempre ha notado que ella es una persona cuidadosa en su trabajo, lo entregada, dedicada y fiel que es cuando las personas acuden a ella.

Por eso no dudo a llamarla cuando su cabeza y corazón estaban en un remolino sin freno dentro de él. 

Durante el tiempo que conservaba una amistad estable con MinSeok, nunca se tomó el tiempo de saber porque la cita que tuvo con HeeJin había salido mal, solo recordaba las risas flojas del castaño y como evitaba el tema.

Tampoco trato de presionarle en contar los detalles, pero también tenía entendido por parte de MinSeok que no quería que nadie saliera afectado de eso, queriendo que lo trataran como un rumor superficial en la empresa. 

– ¿En qué piensas Oppa? 

Soltando el abrazo que por sus pensamientos se alargó un poco, JongDae suelta a la contraria y se dedica a ignorar todo el remolino de emociones que sentía en ese momento, pues ahora su estómago se encontraba inquieto e inclusive revuelto. 

Tan solo recordar las palabras del castaño hace ya un par de horas, hacia doler su cabeza y sentir una inexplicable presión en su pecho que se iba creciendo al pasar los minutos.

– MinSeok...

– Pensé que tu serias la tercera persona en ser parte de esto, pero me equivoque, otra vez – suspiro pesadamente – me duele quererte cuando se de tus preferencias ahora, y eso, tampoco lo quiero.

Esa expresión de dolor en el rostro del castaño, pero también sentir esa seguridad en sus palabras solo atino a que JongDae se congelara en su lugar por un largo tiempo.

🔆Papá🔆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora