Mil Besos Tuyos

Isabella

Llego a la universidad a las 8:05 de la mañana, justo cuando la clase ya comenzo. Llegué tarde ya que me quedé dormida, después que la noche anterior me costara conciliar el sueño. 

Entre mi crisis de ansiedad por la pelea con mi mamá y el mensaje de mi amiga, terminé durmiendome a las 2 de la mañana. Sin mencionar mi problema de puntualidad.

Al llegar a la clase, le pido permiso para entrar al profesor, y me siento entre Paola e Ignacia, las miro y me sonríen desganadas, saludo con la mano a Barbara, que esta sentada dos puestos más allá de Ignacia, ella solo me mira y no me devuelve el saludo.

Me parece extraño, miro a Ignacia mientras le da una mirada con rabia a Barbara.  Pero no me detengo a pensar en la reacción de mis amigas entre ellas, ya que lo atribuyo a alguna discusión, ya que Barbara es media difícil de carácter y últimamente soy la única que la soporta.

Sin distraerme más me dedico a ponerle atención a la clase, o eso intento.

Viene a mi mente que hoy por fin tengo libre después de 3 días sin respiro, podré estar con mis amigos un rato regaloneando. En eso me llega un mensaje. Disimuladamente saco mi celular y lo miro.

Harper ♡:
Honey, te extraño
¿Si te consigo un trabajo
por aquí te vendrías para
estar conmigo?

Miro el mensaje y sonrió, 6 meses bastaron para que se convirtiera en una persona importante en mi vida.
Ella junto a mi grupo son mi familia.

Isabella:
Hola cariño, Sabes que
me queda 2 años de mi
carrera, y todavía 2
semanas de clases no
puedo irme ahora,
aunque lo quisiera.

P.d igual te extraño

Harper♡:
Un traslado con una
Beca, mi abuela es la
Benefactora, por lo
Tanto seria fácil
Conseguir todo eso
Para ti.

Sería fácil irme y dejar la mierda de mi familia atrás, pero aun hay personas que me mantienen aquí.

Aparte estoy a dos semanas de dar por terminado este 3er año, y si todo va bien y no voy a exámenes solo seria una semana.

– ¿Con quien te mensajeas?

Me pregunta Ignacia, le paso el celular para que lo vea, ella me mira y me sonríe.

– Yo que tu acepto, amiga.

– ¿Tu crees? — la miro dudosa.

– Si, es una buena oportunidad para ti. — realmente la veo convencida dándome este consejo.

Me quedo pensando y de verdad es una buena oportunidad.

Cambiando de tema, aprovecho para preguntarle — ¿Hablaremos de tu mensaje de ayer?

– Si, ahora que terminemos esta clase, amiga.

Me mira y me da una media sonrisa, que hace que mi estómago duela, y la angustia llega.

El resto de la clase no pude concentrarme. A penas da la clases por terminada el profesor, guardo todo rápido y tomo a mi amiga de la mano y la saco de la sala de clases.

– Ya Nachita, ahora dime que pasa. — le pregunto con el estomago doliendo de los nervios.

– Esperemos a Barbara. — dice mirando dentro de la sala,  yo frunzo el ceño ya que es una rara situación.

Al salir Barbara pasa por mi lado sin siquiera mirarme y hace el amago de irse, Ignacia la toma del brazo, fuerte y la tira, poniendola al lado de ambas.

– Ya le dices tu, o lo haré yo. — Las miro a ambas, la ansiedad empieza a manifestarse, y muerdo la parte interna de mis mejillas,  solo quiero que saquen la curita de un solo tiro, aunque duela.