Capítulo 5

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¡AFIRMENSE LAS BRAGAS, PECADORAS! 

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¡AFIRMENSE LAS BRAGAS, PECADORAS! 

MANOS AL TECLADO, SUCIAS, QUIERO LEERLAS

¿Qué son los capítulos sin buena música de fondo? les traigo hoy una playlist de enemies to lovers

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LEONE.

Debo admitir que siempre que esa rojita asustadiza está cerca no tengo la capacidad normal para concentrarme en mis propias tareas, parezco un maldito acosador yendo al comedor de empleados, el cual nunca piso, para ver si incluyeron a mi nueva ilustradora en sus rutinas alimenticias, y sí, fue todo un alivio ver que efectivamente está compartiendo mesa con las chicas del área, matándose de la risa mientras come con tranquilidad, sonríe, por fin está sonriendo luego de la noche terrible que tuvo.

— Si ella supiera decir "No" muchas cosas podrían evitarse.

Suspiré.

Su relación con Emil le ha dado más problemas de los que recuerda, pero para eso estoy yo, la consciencia sobre sus hombros que le recordará una y otra vez todos los fallos de ese maldito.

Di media vuelta y regresé a mi despacho para pedir el almuerzo, tengo un par de reuniones y no podré estar asegurándome de que la rojita esté disfrutando su primer día que de seguro es mejor que el ambiente de trabajo que tiene en su otra compañía, de partida, no tiene que verle la cara al bastardo ese, poco hombre, y eso ya es mucho mejor.

A las cinco de la tarde, aburrido, decidí ir a ver que tal se toma mi pequeña broma la rojita, le debo algo y yo siempre pago mis deudas, por lo que bajé por el ascensor y le pedí a los empleados que me vieron que guardaran silencio porque no quería delatar mi posición para ver el espectáculo.

— ¿Gabriela Hoffmann?

Preguntó el repartidor, acercándose a la chiquilla con una gran caja entre las manos.

— Sí, soy yo.

Respondió ella confundida, levantando la cabeza de su ordenador, está creando una presentación.

El engaño perfecto +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora