Capítulo 39

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EMMA

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EMMA.

Estoy a dos minutos de caminar hacia el altar y ya he vomitado unas tres veces de los puros nervios, es más, ahora mismo estoy en el baño, lavándome los dientes, después de haberme zampado medio kilo de helado de crema y galletas, dulces ha sido todo lo que he logrado comer hoy, pero apenas recuerdo que tendré una boda y posterior a eso, una muy apasionada noche de bodas, se me calienta la sangre.

Estoy cachonda y nerviosa en partes iguales.

— Emma ¿Ya estás lista? — preguntó Luther por tercera vez consecutiva— Ya nos pasamos por veinte minutos y de seguro a Blaz se le saldrá un pulmón por la boca de los puros nervios.

Suspiré y escupí la pasta, asegurándome de retocar el labial, mirando mi reflejo en el espejo, me veo bien, pálida y ojerosa, pero bien, bastante decente para no haber dormido nada anoche gracias a mi despedida de soltera, la niña se quedó con la anciana, así que todas disfrutamos una increíble noche de desenfreno, alcohol y baile.

— Sí, ya estoy lista — abriendo la puerta— ¿No has escuchado que la novia siempre llega elegantemente tarde? Sería una deshonra para las novias si llego a la hora.

— Sí, pero veinte minutos tarde, cuando vives a cinco minutos del lugar, y caminando, es un poco exagerado, hermana.

— No me digas nada, las chicas esperan fuera con la princesa y no me dicen nada.

Sujetándome el vestido para no pisarlo, caminando hacia la sala para reunirme con él, se ve increíblemente guapo en ese conjunto de bermudas y camisa blanca, abierta, mostrando sus sexys abdominales que ha cultivado por años viviendo la mala vida.

Mi hermano es muy guapo, debería conseguirse una chica, o chico, lo que sea, no quiero que esté por siempre solo.

— Las chicas están intentando explicarle a Leonor, otra vez, que las flores tiene que lanzarlas en lo que caminan por el pasillo, pero se está divirtiendo lanzándolas por todas partes ahí fuera, mientras las chicas recogen los pétalos, los dejan en la canasta y entonces la niña los vuelve a tirar.

Carcajee, sin duda eso es algo que mi princesa haría, es una niña, tiene apenas dos años ¿En qué cabeza cabe que lo haga bien a la primera? Se verá tierna caminando por el pasillo y ya, a todos nos gustan los niños y las bodas.

— Vamos entonces, antes de que se acabe todos los pétalos — recibiendo el ramo que me entregó— Es el día más feliz de todos ¿Sabes? — enganchando mi brazo al suyo, comenzando a caminar— Y es perfecto porque viniste, gracias por venir, sé que tienes muchas obligaciones allá.

— Bueno, mi jefe directo me dejó venir porque mi pequeña hermana es la prometida de su hermano, somos familia, y gracias a este ultimo tiempo, nos llevamos bien, apenas se enteró del compromiso, me sacó un boleto, estoy agradecido de que me considere como familia.

El engaño perfecto +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora