GABRIELA.
Sentada en urgencias, esperé pacientemente a que cocieran mi mano por ambos lados, gozando del privilegio de la lidocaína, de esa manera cada pinchazo se sentía como un leve piquete, yo le dije al maldito doctor que no necesitaba ningún tipo de anestesia porque quería que me doliera, me siento mal por el mal rato que le hice pasar a Leone, pensé que si sufría un poco me sentiría mejor, pero Blaz amenazó al doctor para que no hiciera caso a mis locuras a pesar de que no estaba tanto más feliz que yo por quitarme el dolor.
Maldito.
Vi con aburrimiento como terminan de vendarme la mano y me dan un par de analgésicos para el dolor junto con la receta, al salir, boté ambas cosas a la basura, regresando dentro, ignorando las preguntas del pelinegro que me pisaba los talones, molestamente cerca, acercándome al mesón.
— Dónde está Emil Braun.
Pregunté a la recepcionista.
— ¿Es familiar?
— Sí, su prima, su familia murió y se siente devastado, soy todo lo que tiene.
Hablando con fingida lastima, consiguiendo el piso y el número de habitación, sonreí agradecida y fui sin perder el tiempo hasta el ascensor, metiéndome dentro, resoplando al ver que Blaz me siguió hasta aquí.
— ¿No tienes nada mejor qué hacer?
Consulté viendo su ropa tan manchada de sangre como la mía, a diferencia de que yo ya estaba curada y él tendría que llegar a verse eso por su cuenta.
— ¿Por qué no aceptaste los analgésicos? ¿Eres estúpida?
Cruzándose de brazos, apoyando la espalda en la pared.
— Me merezco esto — alzando la mano herida— Y merezco sentirlo, así que no voy a tomar nada para el dolor —encogiéndome de hombros— Eso es todo.
— Te creí tan frágil — chasqueando la lengua— Inclusive te acompañé al hospital a ver a tu puto prometido la vez anterior porque temía que te hiciera algo, cuando es más probable que tú le hagas algo a él por cómo van las cosas, mentirosa, todas las mujeres son unas mentirosas.
Está herido, ni siquiera me mira a la cara, debe estar furioso conmigo, que lastima, el cuñado divertido y con sus comentarios irónicos quizá no vuelva a aparecer.
Bajé del ascensor pasando por su lado, no respondería a eso porque no tenía nada que decir, tiene razón en estar molesto, pero mentiría una y mil veces si con eso Leone sigue vivo, no me interesa si él y toda su familia me odia en el proceso, no me importa nada, yo me hice así única y exclusivamente para pagar mi deuda de sangre, a estas alturas debería estar más que asumida, pero estas ultimas semanas me confundieron, antepuse mis emociones a la misión, estar con Leone, casarme con él, hubiesen sido una buena manera de cerrar un ciclo lleno de violencia, vivir tranquila, amada y protegida me hubiese gustado, pero jamás lo conseguiría si Dominik le quita el poder y lo mata en el proceso.
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El engaño perfecto +21
RomanceEl alcohol es nuestro mejor amigo... y el peor enemigo también, tras el engaño de su prometido, Gabriela decide dejar de sobre pensar tanto las cosas y hacer una locura, yendo hacia el Pandemónium, lugar en el que trabaja durante algunas noches, un...