Capítulo 12

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GABRIELA

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GABRIELA.

Rodee el brazo de Leone con toda la seguridad que logré reunir, es media noche y luego de beber y cenar, la prensa por fin tuvo la valentía de acercarse a nosotros para hacer su trabajo y dejar de grabarnos a escondidas.

Los he visto, y yo he cumplido muy bien mi papel de prometida feliz, no me le he despegado en toda la velada, me siento cómoda con él otra vez, además, Blaz y Emilia han aportado bastante a que la noche sea divertida.

Blaz continua con sus consejos que nadie le pidió, Emilia está planeando la boda por su cuenta, llamó al menos a siete diseñadores para que presenten sus bocetos el lunes a primera hora, quiere que yo use lo mejor, insistí en que no era necesario, pero Grace dijo que las personas de su familia no usan nada que otro pueda ocupar, debe ser exclusivo, Leone se encogió de hombros y me miró rendido, no tuve más opción que aceptar, tengo mucho a lo que adaptarme aún.

— ¿Cuándo comenzó su relación? — preguntó uno de los periodistas, los micrófonos apuntando a mí, debo parecer más accesible que mi jefe— Usted no hace mucho habló sobre el estado de salud del señor Emil Braun.

Metiches.

— Nuestra relación comenzó hace algunos meses — relaté— Le pedí de favor a Leone que me dejara solucionar el tema con Emil por mi cuenta. Por años, los Braun me han maltratado física, psicológica y emocionalmente, este moretón me lo hizo Emil — señalando los dedos en mi muñeca— Me cansé de sus abusos y acudí al hombre que me acogió en su compañía y en su vida, mostrándome que no todos los hombres son unos brutos que esperan que uno se arrodille y se humille por cada pequeña cosa para evitar la violencia, me enamoré — mentí— En estas semanas me ha hecho sentir mucho más acompañada, amada y escuchada que en los cinco años que estuve con Emil Braun, por lo que tomé la decisión de tomar acciones legales en compañía del abogado Blaz Fischer.

El aludido se acercó, dejándose fotografiar con su típico rostro serio que no representa en nada su personalidad chispeante y esa boca sucia que pocos conocen.

— Mi clienta y pronto, cuñada — dijo Blaz— Está demandando a los Braun por años de abuso, reuní las pruebas correspondientes para armar un plan contundente que la deje satisfecha, la ley protege a las mujeres y un crimen en su contra va desde los dos a los cuatro años, pero eso no es todo, encontré pruebas de malversación de fondos, lavado de activos, tráfico de armas, microtráfico de cocaína, chantaje a su personal femenino, obligándolas a mantener relaciones sexuales para mantener sus puestos de trabajo, ofreciendo aumentos de sueldo a cambio de su silencio, receptación, financiamiento del terrorismo, entre otros muchos delitos, por lo tanto, le caerán unos buenos años encima a Emil y su padre. De no haber amenazado a mi clienta, podría haber sido más flexible con las pruebas que mostraré al juez, pero ya que quiere jugar sucio, no me queda de otra que jugar peor.

Intenté no voltear y mirar a Blaz con sorpresa, yo no tenía idea de nada de eso, soy la afectada ¿Por qué no a abierto la boca? ¿Qué le costaba informarme sobre lo que ha averiguado? A mi me dijo que me representaría, pero en relación a lo que me han hecho a mí, Blaz estuvo indagando mucho más a fondo.

El engaño perfecto +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora