LEONE.
Han pasado seis meses desde que las chicas dejaron Alemania, admito que intenté llamarlas un montón de veces sólo para escuchar que los números de teléfono ya no existían, probablemente destruyeron todo lo que pudiera vincularlas a ellas, dudo mucho que tengan teléfonos móviles o redes sociales, Emilia era adicta a ellas, eran parte de su trabajo, y ahora ni siquiera puedo encontrarla, no hay rastros de ellas, se borraron del mapa tal y cómo les pedí.
— ¿Sigues torturándote con eso?
Preguntó mi hermano, llegando silenciosamente a mi lado, me encerré en el despacho apenas llegar de la inspección sorpresa que hicimos, la resistencia ha estado apoyándome, he sido capaz de sobrevivir hasta hoy gracias a su apoyo, y logré delimitar una línea clara entre los que están conmigo, y quienes están contra mí, todo ha sido... difícil estos meses, creí tenerlo todo y en un parpadeo, lo perdí.
— Quisiera verla, Blaz, ver su panza, ir a buscarle sus antojos como un buen esposo, frotarle la espalda cuando tenga nauseas, ir juntos a las ecografías, comprar ropa de bebé, pintar personalmente el cuarto porque... tiene valor sentimental, es mi bebé, mi hijo ¿Entiendes? Gabriela y yo hicimos una mini persona y si continuamos así, no podré traerlos conmigo nunca.
Pasando imágenes en la computadora sobre embarazadas de seis meses, suelen contarse en semanas, no sé cuanto tenía exactamente Gabriela, no entiendo como se cuenta, me encantaría ser menos inútil, pero mi cabeza tiene tantas cosas dentro ahora que no puedo, no puedo concentrarme.
— Gabriela tendría veintisiete semanas ahora — dijo mi hermano, apoyando su mano en mi hombro— Estaba de tres semanas cuando se marchó, se cuentan de cinco semanas los primeros tres meses, el primer trimestre es el más complicado, muchas cosas pueden pasar. Y a estas alturas... ella debería saber el sexo... No eres el único que ha estado investigando, la extraño, a ella a la princesita... y a Emma... las extraño demasiado, me acostumbré a tenerlas alrededor.
Tragó grueso, mirando la puerta, aguantándose la tristeza, viendo a Hans entrar mientras se pone la camiseta, hace bastante calor hoy, estamos en pleno verano, época ideal para que Gabi luzca bonitos vestidos y esa panza que debe pesarle bastante.
— ¿Cómo te encuentras? — pregunté— ¿Seguro no quieres ir al hospital? Te dispararon.
Negó encogiéndose de hombros como si nada hubiese pasado, tomando un cigarrillo de su bolsillo, últimamente fuma demasiado, está ansioso, nunca estuvo tanto tiempo alejado de Emilia. Desde que comenzó a trabajar para nosotros, siempre, pero siempre la tuvo en la mira, ahora llevan seis meses sin saber del otro, no pudieron despedirse y eso me duele.
— Estoy bien, había orificio de salida, Marcel me ayudó con las suturas, fue ahora con la resistencia para ver a Grace, ella está muy bien cuidada en ese lugar secreto.
Gracias a la resistencia, otra vez, he podido estar tranquilo con mi madre dando vueltas, la tienen segura y muy cómoda bajo tierra, a ella le encanta, los niños le encantan y ahí hay un montón.
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El engaño perfecto +21
RomanceEl alcohol es nuestro mejor amigo... y el peor enemigo también, tras el engaño de su prometido, Gabriela decide dejar de sobre pensar tanto las cosas y hacer una locura, yendo hacia el Pandemónium, lugar en el que trabaja durante algunas noches, un...