Es sabido que héroes y villanos son caras opuestas de la misma moneda, los villanos son crueles y hacen el mal y los héroes son bondadosos y salvan a la gente.
¿Seguro?
El bien y el mal son conceptos abstractos, constructos sociales que nos hacen pe...
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— Menudo cumpleaños... —Dijo Changbin dejándose caer en el sofá después de la alerta en el centro comercial.
— Hey Binnie, anímate, el día aún no ha acabado, y aun queda tarta de Félix... —Jisung hizo lo mejor que pudo para animar a su amigo, logrado levantarle algo al chico que recién cumplía diecinueve años.
Recordó el momento en el centro comercial en el que aquel criminal le había gritado que él mismo debía animarse y tener más iniciativa, un escalofrío agradable le recorrió la espalda y sonrió un poco ante el recuerdo, en sus adentros, realmente agradecía que Soonie hubiera dejado a un lado sus identidades de lado para ayudarlo.
Pensó también en cómo el criminal le había dicho que antes era como él, se preguntó entonces que pasó para que Soonie se volviera un villano. Imaginaba que lo habían presionado tanto que cruzó el límite de la locura, volviéndose el asesino que era hoy en día.
¿Acaso él podía acabar así? ¿Podría acabar tan harto de esa presión de ser un perfecto ser de luz? ¿Podría él volverse un villano si no cuidaba su poca tolerancia a la frustración...? La idea, la posibilidad de que aquello pudiera llegar algún día lo asustó. Necesitaba saber más sobre su enemigo, sobre Soonie, su pasado, lo que ocurrió para que decidiera trabajar del lado de los malos.
A la mañana siguiente salió corriendo con su traje de héroe puesto hacia la comisaría central de la policía, y preguntó a una señorita algo mayor que él en recepción.
— Disculpe Noona ¿Sabe si podría acceder a los registros de los villanos de la ciudad? Necesito información para un caso importante —La chica le sonrió y asintió, pidiendo que la siguiera por los pasillos hasta las salas del primer sótano, donde guardaban el registro de los ciudadanos en una sala, de los héroes en otra y una tercera sala, mucho más pequeña, guardaba toda la información que se tenía sobre los criminales del país.
— El reglamento solo me permite dejar que te quedes por una hora, espero que sea suficiente.
— Yo también, gracias noona — Jisung mantuvo la mirada en la puerta hasta que esta se cerró y se apresuró a buscar una de las organizaciones más pequeñas del pais, y una de las más problemáticas.
— C... Cu... Cue... ¡Cuervo! ¡Te tengo! —Pensó Jisung en voz alta abriendo el pequeño cajón, lleno de papeles, sacándolos todos. Pasó por lo poco que sabían del jefe, solo había tres líneas en su archivo, por miembros anteriores, muertos o arrestados, hasta llegar al nombre que buscaba.
