Frustración

39 13 1
                                    

—No te preocupes, es más normal de lo que crees—me excusa la chica levantándose de la cama y dirigiéndose al tocador.

¡No para mí! Quise decirle siguiendo sus pasos, pero con rumbo al cuarto de baño. Azoto la puerta con fuerza y mi imagen como dios me trajo al mundo se refleja en la pared del frente. Mi miembro cuelga cuál maldito gusano arrugado y moribundo.

—¿Cómo mierdas me fallas así? —me quejo frente al espejo —¿Dónde carajos dejo mi dignidad? —continuo. —Un fétido e inútil gusano, eso pareces.

Tengo una docena de copas en la cabeza, y la chica asegura que se debe a eso. No es la primera vez y lo he hecho más alcalizado ¡Siempre lo hago! Por lo menos, así era hasta hace una semana, ahí comenzó mi infierno. Ingreso a la ducha en un inútil intento de aliviar mi tensión y frustración.

—Necesito acabar con esta trifulca y cuanto antes. —grito en voz alta.

Lo hago sin importarme una mierda que me escuchen y seguro que todo se debe al estrés que generan en mi vida mis hermanos con sus mujeres.

He cambiado de chicas, de lugar, tragos y hasta de horarios. Sin resultados, mi miembro se niega a obedecer y estoy a nada de tener que acudir a un especialista. Salgo de la ducha encontrándome con la mujer ya vestida y sentada en la cama.

—Eres nuestro mejor cliente, tu salud nos interesa —comenta y bufo fastidiado —¿Has intentado ayudarte?

—No tomaré pepas —replico tomando mi ropa superior —nunca lo he hecho.

—¿Y de chicas? —sugiere.

—Sabes que sí.

—¿Has pensado que quizás te aburriste de lo mismo?

Vuelvo la mirada a ella con los pantalones en mitad de mi pierna y en espera de hallar burla en su rostro. Me encuentro con uno preocupado y serio, que sostiene en sus manos un envoltorio cuadrado.

—¿Hombres? —pregunto incrédulo y casi a los gritos —¿Te has vuelto loca?

—Bueno, es eso o que tu chico —señala mi entrepierna —es propiedad privada.

—Una peor que la otra ¡Joder! —me quejo y señalo sus manos —¿Qué es eso?

—Estimulante sexual, úsalo en pequeñas dosis es efectivo—lo ingresa en uno de los bolsillos de mi saco y sonríe —sé que no vas a tomarlo sin corroborar que lo sea, por eso lo traje sellado.

—Te agradezco el interés, pero no pienso tomar ...

—Es natural y no tiene contraindicaciones —se apresura a decir —pregunta y sabrás que no miento, no tienes que emplear el que te doy. Por seguridad, sé que no lo harás.

Tomo los zapatos y me siento en el borde la cama, percibo el peso de un cuerpo detrás de mí y unos dedos delinear las marcas en mi espalda. Espero que no haga preguntas o me decepcionaría. Su nivel de profesionalismo es bastante alto, de las pocas que tienen mi admiración en este mundo.

—Son profundas —susurra. —y viejas.

—Veintiocho años —respondo.

—Supongo que ya no duelen lo que antes.

Se ubica a mi lado y alza un costado de la blusa señalando un enorme tatuaje de un tigre. El nudo de mis zapatos queda a medio hacer al captar lo que hay debajo de la tinta y lo mal que cicatrizó. De tener asistencia médica no tendría ese aspecto tan cruel.

—Tampoco duelen —baja la blusa y me ve sonriente.

—¿Cómo fue? —guarda silencio viendo mi rostro —¿No fuiste al doctor?

NIkolái 5to libro saga Angeles o demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora