Explicaciones

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Detengo el auto frente a las rejas de la casa y contemplo la edificación ante mí. Fue el hogar de Mía y Stan por mucho tiempo, aquí se tejió su relación. Sin embargo, ambos habían acordado no regresar a ella. Yo no me vi viviendo en algo tan grande, la casa había perdido su belleza.

El mensaje de Sergio Wells era corto, pero conciso. Hasta la fecha ha sido imposible encontrarle un comprador y planteaba la posibilidad de ocuparla.

Antes de tomar una decisión, pasé por ella y ver que sentimientos mostraba. El día en que decidí comprarla, me fijé en el lujo, la ubicación, su seguridad y un jardín extenso para Dante. Si debo sincerarme, fue esto último lo que me motivó a comprarla.

El mencionado contempla la casa desde la ventana antes de saltar por ella. Su huida me obliga a salir y abrirle las rejas dándole paso a que ingrese al campo.

—No pienso quedarme —le advierto.

Lo último que veo es su cola desaparecer por el jardín. A los pocos pasos estoy dentro de la casa, donde una tela blanca cubre cada sillón. Entrar a ella significa evocar momentos en la cocina con Mía, con ella sonriendo o llorando por el comportamiento de Stan.

En la encimera encuentro correspondencia y al tomarla en manos me hay tres son para mí. No es extraño verla, también llegan a casa de Akim o Noah. No obstante, qué  la ciudad de origen sea Londres y quien lo firme sea Ava Callaghan, si es sorpresa. 

Con ellas en las manos llegó al sillón más cercano retiro la tela que lo cubre y observo los tres sobres. El registro de fechas tiene un mes de diferencia, siendo la primera de ellas hace cuatro.

La última vez que la vi fue el día en que la escuela fue incendiada por Karen. Los encontré en la azotea, había cubierto a Mika con su saquillo y temblaba abrazada a sus rodillas.

“—¿Ahora si soy una Borch?” Me dijo al verme arrodillar ante ella “—Dijiste que nos cuidamos entre todos.” Siguió diciendo al verme guardar silencio y en ese instante supe que podía rescatarse.

Ava fue solo una niña perdida entre adultos irresponsables y sádicos. Por desgracia, para ella, abundaban más los segundos en su corta vida.

“—Puedes ser mejor que eso.” Fue lo que pude responder, pensando en que estaba mejor con su tío y primos que con nosotros. Su barbilla tembló al decirlo y tuve que escoger las palabras siguientes para no herirla. Por alguna razón, no quería hacerlo.

Cuidar de Mika y salvarle, la hizo especial a mis ojos en ese instante. “—No es el final.” Y fue todo lo que necesité decirle para verla sonreír mientras era alzada por mí y Akim hacia lo propio con su hijo.

El primer sobre contenía, una postal, una fotografía con ella como única protagonista a las afueras de lo que parecía una escuela. Acompañaba todo esto, una carta con un resumen de sus primeros pasos en Londres.

Era el relato de una típica adolescente, con odio hacia los adultos y saber eso me hizo sonreír. El segundo era parecido, con la variante que preguntaba por su padre y si creía podía verlo en vacaciones. El tercero lo abro con poco interés al imaginar que contendrá lo mismo.

Estaba equivocado.

Ava, pedía perdón por su comportamiento y anexaba documentos que certificaban, estaba en tratamiento. Narraba lo difícil que era hacer amigos y lo distinto que era el inglés de América con el de Londres. Detallaba extractos de sus sesiones y como alguna de ellas le hizo recordarme.

Por eso decidió enviar cartas, en espera que yo pudiera verlas o responderle. Finalizaba la misiva con un número de teléfono pidiendo que se lo diera a Akim o Anker. Ellos no habían querido contestarle las llamadas y ni las cartas. Era muy importante su perdón. Lo necesitaba para seguir adelante.

NIkolái 5to libro saga Angeles o demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora