Un consejo

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Mi padre fue amable con Nikolái desde el primer instante en que cruzó la puerta. Lo hizo acompañado de mi hermana, ambos en silencio y sin hacer comentarios sobre su paradero.

Las bromas respecto a sobre ser su cuarto hijo y lo bien que usaría su corpulencia en el campo no se hicieron esperar. Me resulta sumamente gratificante ver a los dos hombres más importantes de mi vida, hablar sin tapujos y gastarse bromas.

Mi madre y hermana, por otro lado, mantuvieron una expresión seria y reservada. No parecen estar satisfechas con la idea Nikolái como mi pareja. Natalie no ayudó a que mi madre cediera su mal humor. Sé que respetaran mis sentimientos, aunque estén en desacuerdo con ellos.

Deseaba con todas mis fuerzas que acepten y entiendan mi relación. Mis malas decisiones pueden nublar su pensamiento, lo sé. He añadido una lista de ellos a lo largo de mi vida, sería suficiente con que lo trataran para darse cuenta de que es un gran hombre.

El ambiente en la habitación fue tenso, pero tranquilo, logrando sentir una leve incomodidad entre mamá, mi hermana y Nikolái. No obstante, confío en se tomará el tiempo para conocerle y acabé por aceptarlo en la familia.

La habitación está decorada con arreglos florales y tarjetas enviadas por los Borch, sus esposas y los Vryzas. Intentando aliviar la tensión encaminé la conversación a temas neutros, busqué puntos en común en donde él pudiera participar.

Y tuve éxito.

Gustavo y mi padre, ayudaron al evocar momentos agradables del pasado. Poco a poco, ambas se unieron a la charla, animadas. La tensión quedó en el olvido y todo empezó a tener un tinte familiar.

Entre recuerdos compartidos, instantes alegres de unidad de familiar en donde no estuvo Ludov o Ginger. Se pasó una tarde agradable, de vez en cuando mi madre le lanzaba miradas curiosas a Nikolái que tenía en brazos a Mika.

La pequeña Natalie, le lanzaba sonrisas y llegó a solicitar ser alzada como el pequeño. Fue interesante ver su rostro lleno de espanto negarlo mientras sostenía a su sobrino al que usaba como escudo.

Al final de la visita, mi madre insistió en que sería ella que se quedaría conmigo. Fue el turno de Nikolái de ceder y aceptó ir con mi padre, que entre bromas dijo necesitar de una charla entre hombres.

Cuando la puerta se cerró y quedamos solas, un tenso silencio se instauró en la habitación. Mi madre no dejaría pasar el comportamiento de mi hermana al llegar. Aunque intentó disimularlo, fue notorio el miedo.

—Tu hermana estaba nerviosa. —son sus primeras palabras.

Suspiro tomando las esquinas de la cobija con fuerza. Lo que tengo por decirle, necesito hacerlo mirándola a los ojos. Espero que haya logrado ver, a través de sus ojos, aquello que le es difícil, palabras. Nikolái no es dado a hablar de sentimientos, pero está lleno de ellos.

— Desde que soy una desconocida me ha brindado apoyo, he perdido la cuenta de cuántas veces me ha sacado de apuros. —paso saliva y empuño mis manos con fuerzas —sé que no fue capaz de dañarla.

—¿Tan ciega estas? —niego, porque ella no lo ha entendido.

—Es mi rostro el que dañaría mamá —respondo en calma y se sorprende —tiene muchos errores, en ninguno de ellos los usará para hacerme daño.

—¿Estás segura? —afirmo y suspira largo —¿Qué pudo suceder?

—Natalie es asfixiante y Nikolái, poco paciente —bromeo y ella me ve de manera severa —tres preguntas formuladas sin las pausas correspondientes, lo verá como ataque —continuo y su enojo disminuye —Amo a Natalie, pero ambas sabemos que suele ser sobre protectora.

NIkolái 5to libro saga Angeles o demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora