capítulo siete

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Estaba en los vestidores de los chicos, puesto que ya yo me había terminado de arreglar, solamente estaba recogiéndome el cabello en una coleta alta, escuché como los chicos andaban viendo una revista sobre la generación milagros, no estaba prestando mucha atención.

—¡Mira Raquel son impresionantes!—Dijo Hyuga, pero simplemente asentí sin importancia.—Nos pueden servir como inspiración, no seas tan amargada.

Me dio una sonrisa, a lo que yo simplemente saqué mi lengua divertida. Ahora que lo pensaba, Kuroko también era de la generación, así que dirigí mi mirada a él.

—¿Kuroko, a ti no te entrevistaron?

Pregunté confundida, parándome, dándole un codazo a Koganei porque me estaba viendo las piernas

—¿Ah? Sí, pero se olvidaron de mi.

Me mordí los labios para aguantarme la risa, pero fue imposible cuando vi las expresiones de los demás, así que me volteé soltando una carcajada lo más silenciosa que pueda.

—¡Apareció, ya apareció la entrenadora!

Escuchamos como entraba un chico, disculpa, no recuerdo tu nombre, me sentí un poco apenada. 

—¿Sabes contra quién? —Pregunté, sentándome a lado de Kuroko quien estaba mirándolo atentamente. —Digo, para estudiar al enemigo.

—No pero...¡iba dando saltitos!

Todos se sorprendieron, a lo que yo pasé una vista, confundida.

—¡Wow porque obviamente dar saltitos es impresionante! ¡Oh Dios no sé como pero lo estoy haciendo!

Comencé a dar saltitos, fingiendo que estaba haciendo la octava maravilla del mundo.

—No lo entiendes Raquel, si están dando saltitos, es porque los adversarios son muy fuertes...

—O sea que dar saltitos, es equivalente a que nos harán mierda, okay, interesante.

Dije colocándome el cabello hacia atrás, saliendo del lugar dirigiéndome a la cancha.

Comenzamos a calentar, cuando un jugador estaba distraído, agarré el balón, se lo pasé a Kagami y este anotó. Chocamos los cinco felices, y abracé a Kuroko emocionada, aunque este sólo palmeó mi cabeza como si fuera un perro.

—En serio es bueno, es como si no fuera un humano común.—Susurré viendo las habilidades de Kagami, impresionada, es como si hubiera nacido para el básket.—¿No lo crees?

Kuroko enarcó una ceja, asintiendo, susurró algo, que no logré entender, volteé para prestar más atención

—¿Qué dijiste?

—No nada.

—¡Chicos, reúnanse!

Caminé hacia Aida, colocándome de brazos cruzados para escuchar lo que tenía que decir, un poco impaciente y nerviosa.

—¿Kaijo?

Comenzaron a quejarse en voz alta, pero yo seguí prestando atención.

—Tienen a uno de generación milagro: Ryota Kise.

—¿Kise?

Repetí, estaba un poco confundida, toda información sin procesar me daba vueltas en la cabeza.

—¿Él no trabaja como modelo?

—¿Guapo y atlético? Impresionante, seguramente tiene a muchas chicas a sus pies.

Hobbie [Daiki Aonime y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora