capítulo dieciséis

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Estaba en el comedor, habían pasado exactamente tres días después del encuentro que tuve con Aomine para que me ayude a relajarme, seguía tensa, y es más, creo que hasta peor porque teníamos un partido contra Midorima, y su actitud ciertamente no me la tragaba ni un poco

—¿No han pensado que sería bueno una fiesta para poder relajarnos un poco? —Propuso Koganei, sonriente tomando una botella de jugo de naranja.—Todos se ven tan tensos.

Todos asentimos, dándole la razón. Ciertamente era así, la tensión se podía cortar con un cuchillo, el ambiente era hasta un punto incómodo.

—No.

Exclamó tajante Kuroko mordiendo su sándwich, a lo que lo codeé levemente.

—Ciertamente no, pero, no sería tan mala idea.

Pensó Aida sentándose en la mesa, colocándose su mentón en su mano, pensando. 

—Deberíamos hacer una fiesta, organizarla nosotros y que sea como una especie de bienvenida, ¿no creen?

—Aida, ya es la mitad del año.

Dije terminando de comer mi postre, tirándolo a la basura de un solo movimiento, secándome con la servilleta.

—Pero sería una gran idea, ¿no creen?

Comenzaron todos a emocionarse, algo internamente me gritaba que tratara de impedir esa fiesta de como sea lugar, miré a Kuroko comer tranquilo, y es que yo sabía porque específicamente quería detenerlo, no era solamente era por mi.

Era por uno de mis mejores amigos.

Caí en mis pensamientos tanto tiempo que no me di cuenta que la campana ya había sonado, comencé a recoger mis cosas cuando una mano me detuvo, y yo sabía de quien era la mano.

—¿Así que harán una fiesta?

Al escuchar su voz todos mis sentidos se activaron y mi cuerpo se tensó.

—Suéltame.

Me solté bruscamente de Mackenzie, y esta se acomodó la falda, sonriendo.

—Ya sé que seré tu invitada estrella, no te preocupes. —Me sonrió dulcemente, según ella. —Así que la invitación me la haces llegar.

Fruncí el ceño mirándola lo peor que me saliera.

—¿Quién dice que te invitaremos?

—Tu vídeo desvistiéndote me lo dice. 

Tragué en seco sintiendo como la presión se me bajaba, por un momento sentí como se me hacía difícil respirar.

—Ya sabes Raquelita, espero esa invitación en mi celular.

Lo agitó en mi rostro yéndose, me senté tratando de recuperar el aire, ordenando mis ideas. Me paré como pude, recompuesta dirigiéndome al salón.

—¿Por qué tardaste tanto?

—¿Estás espiándome?

—No imbécil, tenemos trabajo en grupo y tenemos que trabajar.

—Ah, cierto.

Asentí, comenzando a sentarme y sacar las cosas, cuando abrí la maleta, cayó una lata de cola, la misma que había usado con Aomine. Una sonrisa involuntaria se formó en mi rostro, la alcé con delicadeza, observándola. 

Volteé hacia la ventana, y vi que estaba todavía lloviendo, volví a imaginarme como nos veíamos él y yo, me dio un escalofrío. Hacía frío, muchísimo.

Saqué la chompa, la misma de hace tres días, pero no la mía.

Era la chompa de Aomine.

—¿Qué haces? —Preguntó Kagami confundido, analizó la chompa. —Esa no es tu chompa.

—Nada, solamente hace frío, y sí, no es mi chompa, me la prestó alguien.

Contesté con una sonrisa.

Hobbie [Daiki Aonime y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora