capítulo nueve

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Estábamos caminando a la escuela donde estaba Kise, sorprendidos viendo alrededor, si que la escuela era bastante grande, me encontraba agarrada del brazo de Kuroko, puesto que estaba un poco pensantivo. Kuroko fue el primero en hablar.

—Kagami, te ves peor que otros días.

Solté una carcajada sonora, a lo que recibí una mirada de Kagami, pero no me importó, me seguí riendo.

—Cállate, no pude dormir de la emoción.

—Que idiota la verdad.

Dije sin más, riéndome, este me miró mal y yo le devolví la mirada.

—Básicamente como un niño que va de excursión.

—En otras palabras.

Completé, sin más.

—¡Hola!

Volteamos, y vimos a Kise corriendo hacia nosotros, la verdad, ahí recién me pude dar cuenta de lo que decían, era atractivo, la verdad.

—Buenos dí...

—Kis...¡oye!

Kise fue directamente hacia Kuroko y a mi.

—Kurokito, desde que rechazaste mi oferta de jugar conmigo, no he parado de llorar todos los días...¡Oh, hola Raquelita!

Me abrazó fuertemente, ahogándome, correspondí sonriendo alegre. Cuando me soltó tomé aire, respirando.

—Hola Kise, es un gusto verte. —Dije alegremente, su sonrisa era muy contagiosa. —Veo que estás de buen humor.

—Nisiquiera una chica me había rechazado, bueno, Raquel no cuenta como chica.

—¡Oye!

Lo miré ofendida, entrecerrando los ojos, pero seguía con una sonrisa. 

—Me refiero a porque ya eras mi amiga.

—Amiga que te rechazó salir. —Recalqué. —Así que sí, si cuento como chica.

—¿Podrías dejar de ser tan sarcástico?

A Kise le cambió la mirada, bastante, nos miró fijamente.

—Me interesa saber de la persona que hace que Kurokito se quede aquí, no puedo ignorar un contricante tan obvio, perdón, pero te aplastaré con todas mis fuerzas.

Nos miró a Kagami y luego a mi, yo enarqué una ceja para luego sonreír con mis dientes.

—Ya veremos.

Caminamos hasta la cancha, para luego sorprendernos, estaba a la mitad.

¿Jugaríamos en la mitad de la cancha?

—¿Jugaremos en la mitad de la cancha?—Pronuncié, mirando el lugar señalándolo con mi dedo, sin entender que estaba pasando.—¿Por qué?

—Me leíste la mente Ai, pensé lo mismo.

Exclamé colocándome a lado de ella. El entrenador de esta secundaria se presentó, y Aida dio las gracias.

—¿Qué es esto?

Me atreví a preguntar.

—Ah, es que, no habrá mucho que ver de este partido ni aprender, así que los atetlas no pueden perder el tiempo.

Espero que se haya equivocado con lo que dijo, porque si no es así, estoy a nada de provocar un incendio del coraje que siento en mis venas.

—¿Qué?....

—Creen que somos malos...

—¿En serio?

Ironicé, mordiendo mi labio, enojada, quería ir a golpearlo, pero me estaba aguantando, miré fijamente a Kise, quien estaba hablando con el entrenador.

—¿Por qué tienes puesto el uniforme Kise? Tenemos más jugadores. 

Dijo sin nisiquiera mirarnos, estaba esperando que nos mire, porque lo hacía, y conocería los insultos habidos y por haber.

—Es porque voy a jugar.—Respondió este, estaba emocionado, se le notaba. —Por eso lo traigo puesto.

—No, si te dejo entrar no será un juego, eres demasiado bueno.

Me sentí demasiado ofendida, quise ir a pelear pero Kagami me tomó de la mano.

—Cálmate fiera, saca todo eso en el juego.

Lo miré alzando la cabeza, pero tenía las cejas fruncidas, también estaba enojado.

—Perdónenme, en serio, estaré en la banca.

—Estarás en el hospital, pero no te preocupes.

Exclamé entredientes, este se rió, pero cuando vio mi mirada sólo miró a otro lado.

—Tienen que meterme, porque si no, no pueden andar diciendo que vencerán a la generación milagros...

Tomé un balón de volley y se lo lancé en la entrepierna con el coraje que tenía, escuché como soltó un quejido.

—¡Raquel!

—Calienta, por favor, no tenemos tiempo que perder.

Me acerqué y lo miré desde abajo, pronunciando con voz lenta.

—Esta fue por mi equipo, la derrota que te daremos, será personal.

Le lancé un beso, y fuimos al vestidor para poder cambiarnos.


Hobbie [Daiki Aonime y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora