capítulo veintiséis

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Lo miré a los ojos, enredando mis brazos en su cuello suspirando de tranquilidad. Él me miró confundido.

—Te quería decir lo mismo, no sabes el peso de encima que me quitas. —Confesé, un poco apenada. —En realidad, tenía miedo de que, no sé, no significara nada, que solamente sean besos y ya.

Nos quedamos en silencio por un momento, cuando me abrazó. 

—No te mentiré que me encanta besarte, pero no, te quiero.

Relamí mis labios, correspondiendo al abrazo fuertemente, por fin sentía que me había quitado un peso de encima, para después de unos segundos, nos vayamos a la fiesta agarrados de las manos, cuando volvimos vimos a la mitad de la gente tirada en el piso hablando tonterías, y a los otros todavía bailando, nos miramos sonriendo. Estela se dirigió donde estaban poniendo las canciones, y paró todo.

—Bueno chicos, llegó la hora de la verdad.

Todos los invitados comenzaron a murmurar, sin saber que es lo que estaba pasando, miré de reojo a Kagami y este también estaba confundido.

—¿De qué hablas?

Dijo confundido Kuroko, este se paró, acercándose a ella, Estela le murmuró algo, Kuroko literalmente dijo no y se fue a encerrar a su habitación, lo seguí con la mirada hasta que Estela dijo la razón por la cual se fue.

—Vamos a jugar 7 minutos en el cielo.

Me sonrojé fuertemente, y Aomine me miró sonriendo alzándome las cejas, yo rodeé los ojos y me crucé de brazos, como si no me hubiera ya tocado. Todo los invitados hicieron un círculo y comenzamos el juego. Estela sacó una botella, sabrá Dios de donde, estoy segura que se la sacó del culo. Reí por mis pensamientos internos.

—Bien, comencemos.

La botella giró y giró, primero salió unos chicos, y los dos se fueron, cuando pasaron los 7 minutos los descubrimos durmiendo, Estela les lanzó la almohada, algunos le tomaron fotos y otros abuchearon, yo fui una de esas, es que me encanta molestar a la gente, no es mi culpa.

La siguiente ronda, salió Kagami y la propia Estela. Sonreí mirándolos, quien Kagami después de mucha insistencia por parte del público, y por público, me refiero a mi misma, le extendió la mano a Estela, grité de la emoción y Estela la tomó y se encerraron en el cuarto, me mordí el labio inferior, saqué el celular y puse el contador. 

—Ay, bueno, tengo nueva cuñada.

—¿Quién?

Me sobresalté al ver a Kuroko sentado tranquilamente a mi lado con una bolsa de papitas, yo sonreí nerviosa. 

—¿De dónde saliste?

—De la vagina de mi mamá.

Reí tapándome la boca negando, le conté la situación y él solamente hizo un sonido con los labios.

—Lo mataré si la embaraza.

Los colores nuevamente subieron a mis mejillas, y negué, ¿cómo es que lo dice tan tranquilamente? La situación me pone nerviosa. 

—Cállate, no digas esas cosas.

Cuando salieron, Estela salió corriendo a mi lado, arreglándose el cabello nerviosa, y un poco agitada Le vi un enorme morado en el cuello, me reí.

—Así que si pasaron cosas. 

Exclamé en susurro a Estela, quien solamente estaba tratando de que Kuroko no vea el morado que tenía en el cuello, aunque era cuestión de tiempo que lo vea. 

—Cállate, ni de chiste.

Gruñó Kagami, sonrojado colocándose nuevamente la chaqueta, me reí y giré la botella, estaba nerviosa, Aomine se había puesto en frente para que cayera conmigo, los dos nos mirábamos de reojo para ver que nadie sospeche. 

La botella paró, sonreí, puesto que había caído conmigo, alcé la mirada emocionada.

—Raquel con...

—Conmigo.

Alcé la mirada, y me topé con sus ojos.

—¿Akashi?

Hobbie [Daiki Aonime y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora