capítulo veintinueve

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Cuando me levanté, me rasqué los ojos, con dolor de cabeza y dolor de ojos. Arrastré los pies, hacia el baño, haciéndome una coleta para ir a bañarme. Cuando terminé, salí de la habitación con el uniforme, tomando una manzana.

—Te amo mamá, ya me voy.

Nisiquiera le dejé terminar, solamente salí, comiendo la manzana escuchando música. A los 10 minutos llegué, saludando como es su costumbre, entré al salón y todos estaban murmurando, de nuevo.

—¿Ahora qué?

—No sé, literalmente sólo llegué y estaba pasando eso.

Dijo Kagami, sentándose adelante mío.

—¿Tú sabes que pasó?

—Sí.

Dijo Kuroko, sacando su termo de agua tomando esta.

—Pues dilo.

—No.

—¿Qué?

—No.

Lo miré ofendida girando en mi silla.

—¿Y por qué no?

—Pregúntale a Momo.

Fruncí el ceño, ¿Momo? Ella  no estudia aquí.

—¿Eh?

Señaló la puerta, y ahí estaba ella, sin entender, salí del salón.

 —¿Qué haces aquí?

—No hay tiempo que perder, acompáñame.

Tomó mi mano, corrí confundida a la cancha de volley.

—¿Qué está pasando?

Estaba ahí toda la generación milagros, abrí mi boca sorprendida.

—Ustedes....

—¡Raquelita!

Kise iba a abrazarme pero Akashi le aplastó el pie, reí por eso.

—¿Qué hacen aquí?

—Te dije que es una sorpresa.

Me sobresalté.

—Dios Kuroko, tienes que dejar de hacer eso.

Me toqué el corazón, para luego mirarlos confundidos.

—No, en serio, ¿ustedes qué hacen aquí?

—Aomine nos llamó.

Mi corazón comenzó a palpitar fuertemente cuando escuché su nombre.

—¿De verdad?

Asintieron, Kenzie salió con un ramo de rosas entregándomelo.

—¿Qué es esto?

Las puertas se abrieron, y ahí estaba Aomine, entró, un poco nervioso, pero más nerviosa estaba yo al verlos todos ahí.

—¿Aomine?...

Susurré sin entender que estaba pasando, cuandos sentí sus brazos rodeándome, me calmé.

—Perdóname de verdad, no sabía como reaccionar, de verdad perdóname, ¿podrías darme otra oportunidad?

Sonreí asintiendo, abrazándolo devuelta, todos celebraron sonriendo y aplaudiendo.

—Me debes $5, te dije que lo iba a aceptar.

—Mierda.

Susurró Akashi, pagándole a Midorina, reí fuertemente.

—Bueno ya váyandose, tenemos clases.

Exclamó Aida aplaudiendo, reí, y me despedí de Aomine con un beso en la mejilla, este me robó un beso a lo que yo sonreí embobada.

—Que asco das.

Dijo Kagami.

—Sí, como tú con mi hermana.

Apreté los labios, aguantándome la risa. 

Cuando terminaron las clases, comenzamos a practicar, estaba comenzando a dar pases y todo, practiqué como dar un salto para poder tener el punto, pero no me salía y estaba frustrada por aquello.

—Raquel, ya vamos a descansar.

—No puedo, de  verdad quiero ensestar.

—Lo harás, pero practica mañana.

Gruñí, así que salimos, y fui a la gasolinera, recibí un mensaje de Aomine.

¿Estás donde siempre?

Contesté:

Sí, ¿te espero aquí?

Llego en 5 minutos, espérame.

Suspiré bloqueando mi celular, sentada comiendo mi barra de granola, cuando lo vi entrar alcé los brazos, y él me abrazó sonriendo besando mi mejilla.

—Sé que tienes el partido mañana, y te quería venir a entrenar.

Sonreí enternecida, asintiendo.

—Está bien, vamos.

Hobbie [Daiki Aonime y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora