capítulo veintiocho

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Estaba acompañando a Kagami en el centro comercial, había pasado una semana exacta después de la fiesta, y varias cosas habían cambiado, como por ejemplo, mi relación con Kenzie.

¿Qué había pasado?

Pues, al día siguiente, la fui a visitar.

—Me salvaste, después de todo lo que hice..

Exclamó ella mirándome, a lo que yo sonreí tomando su mano.

—Todos cometemos errores, y créeme que a pesar de nuestra enemistad, no iba a dejar que te pase, fuiste mi primera después de todo aquí.

Ella comenzó a llorar, pero sin ningún tipo de expresión, me extendió los brazos y yo la abracé.

—Perdóname Raquel, de verdad, actué sin pensar y casi hago todo mal.

La apreté con un poco de fuerza, y luego nos separamos, evidentemente bajó el vídeo de internet. Me costó perdonarla, pero no podía vivir con tanto odio en el corazón.

—No te preocupes, pero no es solamente a mi que me tienes que pedir perdón, ¿lo sabes no?

Ella asintió, llamé con un gesto a Kuroko, y este entró.

—¿Puedo pasar?

Las dos asentimos, se acercó a la camilla, Kenzie extendió su mano y obligué a Kuroko a tomarla.

—Perdóname, por hacer todas las cosas mal, solamente quería decir que me gustas mucho, y  que de verdad te quiero conocer.

Miré a Kuroko, este solamente sacó su mano, asintiendo.

—Te perdono, pero quiero tenerte de lejos, no estuvo bien lo que hiciste.

Kenzie asintió, y Kuroko me besó la mejilla y salió, miré a Kenzie y esta estaba triste.

—Al menos estás en paz, ¿no? 

Esta asintió, y la comencé a visitar todo el tiempo, y bueno, ahorita estoy buscando un buen regalo con el cual se le declararía Kagami a Estela.

—¿Y esta?

Miré, era un peluche enorme, lo analicé.

—Muy cursi, siguiente.

Kagami gruñó tirando el peluche, pidió disculpas al señor de la tienda y siguió buscando.

—Kagami, tengo calor y hambre.

—¿Y a mi qué? Lárgate si quieres a tragar.

Entrecerré los ojos, para después besar su mejilla, este sólo chasqueó la lengua.

—Iré a la cafetería a buscar algo de tomar, ya vengo.

Kagami me miró.

—Ve con cuidado, por favor.

Asentí y caminé hasta el patio de comidas, ahí me encontré a a Aida, me levantó la mano y me acerqué a ella.

—¡Aida! ¿Cómo estás? No fuiste a la fiesta.

Me senté haciendo un puchero, y esta terminó de masticar.

—Es que estaba analizando unas cosas del último partido que habrá.

—¿Cuándo es el partido para jugar con el equipo de Midorima?

—Es en dos días, así que hay practicar muchísímo, nada de faltas ni de corazones rotos, ¿entendido?

Asentí bajando la mirada.

—¿Ya te enteraste?

—Te aviso, que todo el colegio lo sabe.

Coloqué mis manos en mi rostro, frustrada.

—¿Y qué dicen?

—Que uno de los jugadores de la generación milagros rechazó a una estrella porno.

Dejé caer mi cabeza a la mesa.

—Lo que me faltaba, de verdad.

—No te preocupes, solamente, ten en cuenta.

Alzó mi mirada tomando mi mentón.

—Los novios, van, y vienen, y las amigas, se quedan.

La abracé fuertemente, sonriendo.

—Te quiero mucho.

—Yo también, vamos Raquel, eres icónica, no dejes que nadie te quite eso.

Reí secándome las lágrimas, fui a comprar una bebida, cuando iba de regreso, entré de nuevo a la tienda.

—Oye Kagami, yo...

—¡Acepto, quiero ser tu novia Kagami!

Sonreí tapándome la boca, era Kagami y Estela abrazados, Kagami alzó la mirada y yo alcé los pulgares, este también me alzó el pulgar. 

Cuando bajó el sol, llegué a mi casa, saludé a mi mamá y fui a mi haitación. Me miré en el espejo, sonriendo fingiendo que no ha pasado nada. Me acomodé el cabello, sonriendo, pero las lágrimas caían y caían sin parar.

Me senté en el suelo, llorando desahogándome. Tapé mi boca, tratando que no se escuche nada. No lo quiero perder, de verdad, me gusta mucho, no quiero perderlo.

Literalmente ha sido la primera persona en la cual me he enamorado, él fue mi primer beso, yo de verdad, no quiero perderlo.

Me fui a mi cama, haciéndome bolita llorando toda la noche.

Hobbie [Daiki Aonime y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora