capítulo veinte

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—Así que eso quería hacer Mackenzie.

Asentí, después de haberle contado todo a Kuroko, y a su hermana que por cierto se llamaba Estela.

Curioso nombre, ¿no?

Apreté los labios esperando la tremenda retada que sinceramente, me merecía después de haber guardado tantas cosas encima, cerrando los ojos girando la cabeza hacia la derecha. Escuché pasos, ya pensando, sentenciando mi fin.

Grande fue mi sorpresa al sentir los brazos de Kuroko a mi alrededor.

—Te presionaste tanto Raquel, ¿por qué no me dijiste antes?

Me sorprendí, abriendo los ojos de par en par correspondiendo lentamente su abrazo.

—Me dio miedo, eso es todo, no sabía como ibas a reaccionar.—Susurré sincera. —Lo siento, en serio.

—No te preocupes, Mackenzie va a pagar muy caro por haber querido jugar con mi hermano.

Estela exclamó cruzada de brazos, a lo que yo tragué en seco, definitavamente no solo se parecían en físico, sino también su sombría actitud, Mackenzie iba a pagar muy caro por haberse no solamente metido con Estela, sino con todos nosotros, porque él no estaba solo.

Ninguno de nosotros estaba solo.

Al día siguiente estaba viendo como todos murmuraban ciertas cosas, y como las chicas me veían con desprecio, relamí mis labios y apreté mis puños, tratando de calmarme. Suspiré yendo a mi casillero para guardar mis cosas, abrí mi maleta, guardando mis cosas para la siguiente clase cuando escuché que alguien me insultaba.

—¡Oye tú, perra!

Ya no aguanto.

—¡Cierra tu maldita boca! —Me volteé enojada—Ah, Kagami.—Sonreí viéndolo.

—Amaneciste agresiva.

Sonrió divertido, relamiéndose los labios, sé que sabía del vídeo, él no era tonto.

—La paz nunca fue una opción.

Chocamos los cinco saludándonos, y me extendió un regalo, lo abrí con curiosidad y ladeé la cabeza un poco sorprendida.

—Sé que no es la gran cosa, pero enmarqué una foto de nosotros dos junto a Kuroko.

Sonreí enternecida, y lo abracé fuertemente. Besó mi cabeza y se separó, y juntos fuimos al entrenamiento, íbamos a enfrentarnos al equipo de Midorima así que estábamos practicando fuertemente.

Luego de haber trotado toda la cancha, estaba haciendo mis estiraciones, cuando Aida fue hacia mi.

—Raquel, te están buscando.

Fruncí el ceño, ladeando la cabeza, no estaba esperando a nadie. Señaló la puerta cuando vi a Estela, escuché como el balón caía, era Kagami quien había dejado caer el balón sorprendido.

—¿Quién es ella?—Me susurró, rojo, yo pensaba que era del sudor, pero no.—Nunca la había visto aquí.

—Es mi hermana.

Kagami se asustó al ver a Kuroko aparecer de la nada. Les dije que ya regresaba. Fui donde estaba ella saludándola de lejos debido a que estaba sudada por el entrenamiento.

—¿Pasó algo?

—Hagamos la fiesta en mi casa.

Fruncí el ceño.

—No entiendo.

Ella sonrió.

—Tengo un plan para que Mackenzie caiga.

Enarqué mi ceja cruzándome de brazos, sonriendo.

—Bien, te escucho.


Hobbie [Daiki Aonime y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora