capítulo diecinueve

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Sonreí sonrojándome, bajando la cabeza de pena, para luego alzarla y toparme con sus ojos azules mirándome fijamente. Este me devolvió la mirada, para luego cambiarla a una seria, y alejarse de mi.

—Bueno, nos vemos.

Besó mi mejilla directamente, a lo que yo respondí sacudiendo mi mano a su dirección, quedándome sola, con una sonrisa tonta pintada en mi rostro. 

Volvía a mi casa caminando con mi maleta, normal hablando por celular, viendo los mensajes del grupo, hasta que pasaron un link.

Sentí como todo se me venía abajo y como la presión se me iba al piso.

"Raquel Walker, zorra que se desviste en el baño"

Abrí temblorosa el link, y era un vídeo mío cuando tuve que cambiarme para el entrenamiento.

—No...esto no puede ser....

Bajé a los comentarios, y todos eran de hombres pidiéndome noches privadas, o chicas opinando sobre mi cuerpo, me pegué a la pared soltando mi celular, tomándome la cabeza procesando todo lo que estaba pasando, no podía creerlo, hasta donde había llegado  Mackenzie por una obsesión enfermiza.

Sentía como todo me daba vueltas, y como perdía respiración, me costaba respirar y veía todo borroso. Me tomé la cabeza gritando por ayuda, una chica se acercó a mi pero apenas pude levantar la cabeza, me estaba dando un ataque de pánico.

—¿Estás bien, qué tienes?

—Auxilio, por favor.

Susurré con miedo, abrazándola fuertemente, ella me tomó y me llevó a su casa, dándome agua para calmarme.  A los diez minutos estaba un poco mejor, ella estaba sentada en frente mío también con un vaso de agua.

—Me asustaste mucho, pensé que te ibas a morir.

Entrecerré los ojos mirándola, ella se tapó la boca

—Lo siento. —Negó riéndose nerviosa. —Creo que me expresé mal.

Negué tomando agua, diciéndole que muchas gracias por haberme ayudado. Sonó la puerta me sorprendí al ver a Kuroko.

—¿Kuroko?—Este frunció un poco el ceño de su cara inexpresiva.—¿Qué haces aquí?

Este me señaló, y luego señaló a la chica quien nos miraba también sorprendidos, ella me señaló y también señala a Kuroko quien también nos miraba confundidos.

—¿Raquel, qué haces en mi casa?

—¿Tu casa?...

—Ella es mi hermana.

Me sorprendí, y al ver a Kuroko corrí a abrazarlo, llorando en su hombro.

—¿Viste el vídeo?

Este se quedó en silencio, y me abrazó más fuerte, y lloré hasta quedarme seca, sé que he llorado mucho, pero me lo merezco, el tema es demasiado fuerte. no sé que hice para merecer esto.

—Kuroko, tengo que hablar contigo. —Alcé la mirada, con ojos hinchados.—Sobre lo que Kenzie te quiere hacer.

Hobbie [Daiki Aonime y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora