capítulo veintitrés

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Apenas pasó eso, llamé a Kagami y a Kuroko, diciéndoles que hubo una emergencia, que tenía que ir a la casa de Kuroko a contarles, ellos asustados fueron, y cuando terminé de contarles, me miraron seriamente para después retarme por haberlos asustado. Miré a Kuroko, él lo conocía de antes y quería saber que opinaba, pero literalmente Kuroko se había quedado medio dormido, comenzamos a discutir hasta que Estela entró a la habitación, Kagami me lanzó al suelo acomodándose la ropa.

—Hola chicos...

Saludó agitando su mano, y todos saludamos, excepto Kagami, este chasqueó la lengua mirando otro lado sonrojado. Estela bajó la cabeza, apenada y también roja.

—¿Qué necesitas Estela, pasó algo?

Estela negó dejando unas cosas en escritorio de Kuroko, acercándose un poco señalando lo que había dejado.

—Nada, recién llego del colegio, les traje comida por lo que sabía que Raquel y Kagami estaban aquí.

Kuroko alzó la cabeza, y enarcó una ceja al verme a mi y a Kagami, cuando reaccioné, me levanté del suelo rápidamente sentándome a lado de él.

—Bueno, gracias Estela.

Esta sonrió y salió de la habitación, le lancé una almohada a Kagami.

—¡No seas bruto Kagami! 

Este gruñó y en vez de lanzarme una almohada, me lanzó cuatro haciendo que me falte la respiración, comenzamos a pelear, yo ya me había enojado, hasta que escuchamos a Kuroko.

—Ya sé que te gusta mi hermana.

Nos quedamos inmóviles Kagami y yo, sin decir nada, sorprendidos con los ojos abiertos, ciertamente eso nos había dejado sorprendidos, yo sonreí nerviosa sentándome bien, comenzando a titubear, riéndome negando tratando de ayudar a Kagami diciendo que eran buenos amigos, pero se me notaba lo nerviosa. Kagami solamente estaba serio, pero se notaba un poco sorprendido.

—Es mentira.

—¿Me ves cara de idiota?

—Sí.

—No.

Miré mal a Kagami.

—Como sea, suerte.

—¿Por?

—Es lo que necesitarás si le llegas a hacer algo a mi hermana.

Me reí tapando mi boca, a lo que Kagami comenzó a insultarlo pero Kuroko no se inmutaba, mi teléfono, viendo el mensaje de Aomine, me estaba diciendo que si iba a ir a la fiesta, me mordí el labio inferior diciéndole que si, y este me dijo que tal vez iba a ir, a lo que rodeé los ojos contestándole con un emoji, tenía una sonrisa plasmada en mi rostro sin yo darme cuenta.

—¿Con quién hablas?

Kagami se puso atrás mío, di un salto de sorpresa.

—Que te importa.

Le saqué la lengua a Kagami, pero este me arranchó el celular, y vio los mensajes, traté de quitarle el celular pero era inútil, Kagami medía como tres metros.

—¿Irás con él a la fiesta?

—Es obvio que si.

—¿Él sabe lo de los vídeos?

Mierda, me había olvidado contarle lo de los vídeos.


Hobbie [Daiki Aonime y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora