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¿Cambio de táctica?

Sentía que Seungmin lo estaba comenzando a sacar de quicio.

¿Acaso tenía dos personalidades? Fue algo que inevitablemente se cuestionó, y aunque pareciera exagerado, Bang se lo preguntó seriamente en aquel momento, cuando el menor entró por la puerta de la sala de sonido por segunda vez en el día y sólo le miró mal, suponiendo que a modo de advertencia, de la que Bang pareció entender el punto y no acercarse a darle un beso como se había propuesto hacerlo desde que había comenzado la semana.

La idea de Kim frotándose sobre él como había ocurrido era algo que había estado dando vueltas en su imaginación. ¿La imagen mental de lo que se había vuelto real? Definitivamente no iba a quitarla tan fácil de su cabeza.

Quería más, pero Seungmin, sentado en una silla a su lado porque no quiso sentarse en el sofá, de lo que suponía el por qué, no había hecho más que fruncir el ceño, soltar sonidos desde su garganta que parecían suaves gruñidos cada vez que notaba que reducía ligeramente la distancia entre ambos con notorias intenciones de tocarlo y la mirada la mantenía fija en las notas que tenía y las nuevas que hacía, sin mirarlo directamente en ningún momento.

Pensaba que podía estar avergonzado luego de lo que habían hecho, pero la verdad era que sólo lucía molesto, reacio a su cercanía.

-- Si no avanzo ahora entonces no vamos a trabajar juntos, le hablaré a Wonpil sunbae para que me ayude.

Luego de la sexta vez que de manera insistente había pasado a rozar su dedo meñique sobre la mano de Kim que escribía en el cuaderno, con intenciones de dejarle una caricia, con el móvil en la zurda Seungmin lo había terminado amenazando, mirándole directamente por primera vez desde que había vuelto.

¿Por qué a él lo tratas de manera respetuosa?, ante el pensamiento se ofuscó un momento, cruzándose de brazos apenas unos cuantos segundos mientras recargaba por completo la espalda sobre el respaldo de la silla, gesto que Kim volvió a ignorar, manteniendo la mirada en sus asuntos.
Al final había terminado resoplando, dispuesto a enfocarse en las labores que tenía que hacer en la computadora en conjunto a las pequeñas demostraciones en la mesa de sonido para el castaño. No iba a dejar que Seungmin se fuera con el idiota de Wonpil.

Inconscientemente la amenaza había funcionado.

-- ¿Qué dirían tus fans? -- luego de varios minutos en los que habían dejado de hablar del proyecto porque trataba de arreglar el corte final de la pista, la cual no le convencía totalmente finalizar igual a la original porque la musicalidad cambiaba repentinamente y el tiempo que duraba la nueva melodía era demasiado reducido, la voz de Kim lo sacó de sus pensamientos, deteniendo su labor para girar la cabeza a un lado y mirarle, sin entender de qué hablaba. -- Pareces un niño regañado.

Ahí estaba de nuevo, ¿por qué disfrutaba tanto provocarle?, ¿era consciente de aquello? Lo peor es que sabía que lo iba a mirar enojado de nuevo si volvía a intentar acercarse, así que sólo bufó, ignorándolo.
La sonrisa en sus labios solo le hizo sentir que estaba disfrutando de aquello, pero las manos de Kim volvieron a enfocarse en lo suyo, hojeando el cuaderno entre ellas.

Luego de calentar, corregir algunos detalles respecto a algunas notas y escuchar ensayar a Seungmin en silencio mientras continuaba avanzando en otros asuntos, la tarde había pasado rápido y las siete de la tarde amenazaban con llegar.
Tomó el móvil que había ignorado desde que se enfocaron en el avance del proyecto, notando la hora y respaldando lo necesario antes de apagar todos los equipos, levantándose de su lugar para ordenar también la habitación, limpiando y dejando todo en su sitio.

-- Ya van a ser las siete -- comunicó al castaño, barriendo por debajo del escritorio, -- debe estar oscuro afuera.

-- Debe estarlo.

Flame | chanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora