Flame | chanmin

- 47 S -

Regreso e inseguridad

El cielo era de un pálido azul claro aquel día, cubriendo la atmósfera de una fría luz ambiental. Los jueves no le gustaban a nadie más que a Hyunjin en el grupo de amigos, porque era el único que no debía quedarse por obligación después del horario de almuerzo producto de las clases, aunque Seungmin aceptaba que se le había quitado un poco el odio por los jueves de terror de sobrecarga académica, desde que se había vuelto uno de los dos días a la semana en los que podía ver a su pareja dentro de las instalaciones universitarias.
En la actualidad, Kim odiaba más el empleo de Bang que los días jueves.

Sin esperarlo, aunque sin sorprender a ninguno de los dos, no pudo ver al vocalista el martes más que cinco minutos, corriendo a su trabajo porque volvían a necesitarlo, y se había terminado sintiendo un poco cabizbajo debido a ello. No era recurrente para él verlo todo el tiempo, pero aceptaba que últimamente se sentía mejor si sólo permanecía a su lado tomados de la mano, conversando con sus amigos.

Quedaba menos de un mes para cerrar el ciclo y con ello las últimas calificaciones, bajo esa primicia, Bang no tenía que volver a la clase de armonización y vocalización, así que sólo estaba ahí, recostado con los demás en el césped de los jardines, esperando a que el mayor tuviera tiempo libre de su ayudantía en la sala de sonido para ir a verlos.

Para la hora de almuerzo eran una extraña especie de lombriz, Minho sentado con el peso de su torso sobre sus manos, Jisung con la cabeza sobre sus muslos, el siguiente era Seungmin que reposaba su cabeza en el abdomen ajeno y para finalizar estaba Hyunjin, con la suya sobre el muslo izquierdo del menor del grupo. Changbin no era parte de la cadena, pero estaba a un costado, jugueteando con la zapatilla de Kim, desabrochando las agujetas de ella.

-- ¿Y si después nos juntamos en mi apartamento? -- comentó Lee mientras jugueteaba con el cabello de Han. -- Después de todo, queda más cerca de la tocata.

-- ¿Y el vecino que siempre va a molestar? -- recordó Jisung.

-- Que se joda alguna vez.

-- ¿Pero cuántos podemos ser? -- cuestionó el bajista.

-- No lo sé, igual treinta personas no me parece tanto, mientras no destruyan nada.

-- Eso va a estar difícil.

-- ¿Recuerdas la vez que rompieron nuestro lavabo? -- soltó Han con diversión.

-- ¿Eso pasó? -- cuestionó Kim incrédulo, alzándose un poco para mirar a su amigo.

-- Pasó y se jodió todo. Bang echó a todos a las tres de la mañana -- respondió Seo, continuando con el afán de ir soltando el amarre de su zapatilla.

-- ¿No es lo mínimo? -- comentó Hyunjin sin interés.

Sus ojos volvieron a posarse en el cielo, enfocando en las mínimas especies vivas que revoloteaban sobre ellos aún por el clima cálido que no tardaría demasiado en tornarse de tonos anaranjados y tardes de frío seco. Cuando sintió su móvil vibrar dentro de su bolsillo, ya ajeno hace algunos minutos de la conversación que se mantenía en el círculo, se removió con cuidado de no incomodar a ninguno de sus dos amigos, desbloqueando la pantalla.

Christopher Bang

12:41
Cachorro, estoy libre.
12:41
¿Dónde están? Ya quiero
verte.

Sonrió ante lo que leía, disculpándose mientras se sentaba en su mismo sitio. Por consecuencia, Hyunjin se arrastró hasta las piernas de Changbin, volviendo a recostarse ahí.