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Una promesa

Del otro lado de la línea la voz de Seungmin era casi incomprensible, entre medio de las lágrimas, las palabras bruscas porque él era incapaz de comprender del todo lo que le estaba diciendo y el cómo a veces la línea parecía que se cortaba, la desesperación del menor era increíblemente palpable.

Bang se había ido a la sala de ensayo que no quedaba demasiado lejos de la universidad, ya que no tenía nada pendiente en ella. En la mañana, y pidiendo disculpas unas cuantas veces, había pedido permiso en la práctica para faltar aquel día, haciendo alusión a que tenía trámites personales urgentes que habían salido de improviso que llevar a cabo, por lo que ya no tenía más que hacer como una responsabilidad aquel día. Una mentira que agradecía podía darla por correo, porque Jisung tenía razón y la mayor parte del tiempo era un pésimo mentiroso.

Ahora solo le quedaba esperar por una llamada que no sabía si iba a llegar.

Para su sorpresa, el ringtone de una canción que le gustaba desde hace un buen tiempo comenzó a sonar a la distancia. Torpe soltó la máquina de ejercicios en la que estaba, la cual estaba en uno de los cuartos traseros del local, apresurando a contestar una llamada que esperaba fuera de la persona que deseaba.

Seungmin. Ver su nombre en la pantalla le hizo sonreír de una manera boba, pero la sonrisa duró poco ante la idea de no saber cómo se encontraba el menor en aquel momento, preocupado, contestando y preguntando enseguida su estado, algo afectado por el ejercicio.

Al final de cuentas, la llamada confusa había terminado en un Bang pidiéndole que por favor mandara su ubicación por mensaje, porque la señal dentro del local era terrible.

Y ahí iba, desarreglado, apenas terminando de hacer ejercicio, con un jogger negro y una camiseta sin mangas del mismo color que no tenían ninguna intención de hacerlo ver bien, al paradero más cercano que sirviera a donde debía ir, porque Kim le había pedido con la voz entrecortada que por favor fuera a buscarlo, que no quería estar solo.

Cuando llegó al lugar, siguiendo las indicaciones que le mostraba el pequeño mapa en el móvil, pudo ver a la distancia al menor sobre una banca de madera entremedio de arbustos y unos pocos árboles, abrazado a sus piernas y con el rostro oculto sobre sus rodillas, causando que a Bang se le apretara un poco el pecho ante aquella imagen, preguntándose hace cuánto podía ser que estaba ahí, llorando. Los pasos acelerados le llevaron rápido a un Seungmin que se escuchaba hipar en su lugar al ritmo que se movía su pecho, tratando de regular su respiración entre el llanto suave que emanaba de entre sus labios.
Instintivamente se inclinó un poco sobre el pequeño ovillo que el menor formaba con aquella posición, envolviendo un cuerpo que luego de tensarse por un contacto desconocido, de pronto se relajó ligeramente para estirarse, aferrando sus manos tras su camiseta en la espalda, hundiendo el rostro en el abdomen de Chris, comenzando a sollozar más suave, mitigando el sonido con la acción.

Una de sus manos acarició suavemente su espalda, y a diferencia de la sensación que le había entregado el menor a eso del medio día, Seungmin parecía relajarse ante su tacto, lo que le dio pie a continuar con aquella amable caricia que buscaba tranquilizarlo.

Varios minutos después, Kim por fin pareció calmar las lágrimas, apartándose un poco, soltando su camiseta sin levantar la cabeza, con la mirada fija en la zona del abdomen del vocalista.

-- ¿Quieres que te acompañe a casa? -- preguntó Bang, intentando de esa manera distraerle y no hablar del asunto hasta que el más joven quisiera hacerlo, bajando su vista a los cabellos de Seungmin, quien se mantenía sin mirarle.

-- No quiero ir allí y que alguien me vea así -- murmuró despacio, mirando por entre su flequillo desordenado al mayor, sin alzar del todo la cabeza.

Flame | chanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora