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Tu prioridad

-- Ya suéltame, por favor.

-- No quiero, te extrañé mucho -- Jisung le abrazó más fuerte a la altura de la cintura, Kim apartando al chico sin brusquedad desde los hombros, arrugando un poco la nariz en el proceso.

-- ¡Sólo no nos vimos ayer!

-- Uno de los días que más estamos juntos -- aportó de manera exagerada, el labio inferior abultado.

-- Yaaa -- se quejó entre risas, al final siendo soltado por el mayor, -- fue sólo un día, hasta el fin de semana te veo menos.

-- Eres muy malo, ¿no extrañas a tu amigo?

-- ¿Yo malo? Apuesto que no me extrañaste siquiera un poco junto a Minho, auch -- se quejó al golpe a mano abierta que le dio en el brazo, tensando los labios en una sonrisa discreta.

-- Te extraño igual, niño perro.

-- Pensé que no volverían hasta el lunes.

-- No podíamos quedarnos el fin de semana y Min prefería venirse apenas terminamos porque tenía una clase importante hoy, de todas maneras acabamos todo lo que nos pidieron.

-- ¿Fue muy duro?

-- Estuvo bien, me tratan muy bien en casa de Minho.

Ante la respuesta del más bajo, Seungmin sintió una ternura gratificante. Cada vez que Jisung parecía feliz, era algo inconsciente que el sentimiento pareciera adherirse a él también, con esa sonrisa bonita que se presentaba ante él que le generaba siempre una sensación cálida en el pecho, como si le recordara que tenerle de amigo fuera uno de los mejores obsequios que había conseguido hasta aquel momento producto de entrar a la universidad.

Los viernes no eran un día pesado en general, no entraban al primer bloque y normalmente, si no tenían algo pendiente, también se iban temprano a casa, a excepción de las últimas semanas  donde se quedaban a compartir con los estudiantes en general, disfrutando el inicio del fin de semana.
Para ese día, Seungmin le había pedido personalmente a Jisung que lo acompañara a casa al final del día académico, diciéndole que quería su compañía porque necesitaba contarle algo que prefería fuera en privado, lo que causó en Jisung unas ansias absurdas por descubrir todo de inmediato. Entre risas, Kim le dijo que en realidad era serio aunque no lo pareciera, y aunque entendía que ser chismoso estaba en su ser interno, prometía contarle todo cuando estuvieran encerrados entre las cuatro paredes de su habitación, a lo que Jisung terminó cediendo de mala gana, no sin antes hacerle prometer bajo una promesa de meñique que le contaría todo apenas llegaran a su casa.

Volver a casa parecía ser algo más complicado de lo que hubiera esperado, donde el dolor de estómago que le aquejaba desde el inicio de la última clase del día le dejaban en total y clara evidencia lo nervioso que le ponía la idea. A pesar de que a la hora que se encaminaban no estaba ni cerca del horario de llegada de su familia a casa, pensar en encontrarse a su padre era algo que le asustaba de más, y aquel sentimiento le carcomía ligeramente, triste con la idea de que tuviera miedo de enfrentar a su padre.

-- Permiso -- se adentró Jisung a la casa del más joven, ambos quitándose los zapatos en la entrada.
Seungmin pasó a buscar el móvil al sofá que era donde había quedado tirado la última vez que estuvo en su hogar, el cual no encontró, suponiendo que su madre lo había subido a su habitación. No tardaron en subir al segundo piso, encerrándose enseguida en el dormitorio de Seungmin, Jisung lanzándose de manera sobreactuada sobre la cama, desordenando las mantas.

Flame | chanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora