Dos semanas habían pasado desde que llegaste a Nunca Más, y no podías decir que no lo disfrutabas. Poco a poco tu amistad con Enid iba creciendo y por fin fue capaz de revelarte sus sentimientos hacia a Ajax y la frustración de no saber qué hacer con ellos, aunque era evidente que los dos sentían lo mismo. Cada día te preguntaba si por tu parte albergabas algún tipo de sentimiento o atracción por alguno de tus compañeros, obteniendo siempre una respuesta negativa por tu parte, al menos por algún compañero. Las clases iban bien, Bianca pareció olvidarse de vuestro pequeño roce y las dos os limitabais a ignoraros mutuamente. Xavier y tú también os hicisteis amigos, y realmente apreciabas su arte. Fuiste de visita a Jericho alguna vez, pero no con quien tú deseabas, si no con Enid y alguna vez con Xavier. Volviste a ver a Tyler y cruzabais alguna palabra de vez en cuando. Y luego estaba Marilyn. Desde aquel desayuno celestial no habíais tenido encuentros similares, aunque siempre intercambiabais alguna frase después de clase, y las coincidencias en la biblioteca eran bastante frecuentes. Si os veíais a lo lejos, siempre cruzabais una sonrisa, y si un día no ocurría, te sentías un poco más triste. Ni siquiera viste venir lo que sucedería después.
Era un martes por la tarde y estabas recogiendo tus cosas de la clase de botánica. Te disponías a salir por la puerta junto a Xavier cuando una voz te detuvo.
-Xavier, ¿puedo robarte a Riley un segundo?- Preguntó amablemente la pelirroja.
-Claro, te veo luego.- Dijo con una sonrisa educada, dejándote al borde del precipicio.
-¿Sí?- Preguntaste.
Marilyn se acercó a ti con su sonrisa habitual, pero algo en su mirada delataba cierto nerviosismo.
-Me gustaría pedirte un favor. Tengo que tener a estas pequeñas en sus nuevos tiestos antes de mañana por la mañana, y con todo el lío de las clases no creo que pueda hacerlo yo sola, me preguntaba si...
-Sí, sí claro.- La reina de las idiotas ataca con su golpe maestro de estupidez.
La pelirroja arqueó las cejas en sorpresa y guardó un instante de silencio. Tú querías morir en ese momento, la cabeza había dejado de razonar por completo y ya no servía de nada pensar con calma.
-Aún no te he dicho nada.- Dijo entre una suave risa.
-Oh claro, perdón, no he descansado bien esta noche.- Intentaste patéticamente arreglar tu desastre. Afortunadamente, ella pareció ignorar por completo tu gran error.
-Está bien, me preguntaba si podrías venir esta noche al invernadero y ayudarme con esto, si es que no tienes otros planes.- La frase sonó en tu cabeza como una especie de sondeo, ¿otros planes? Se supone que no se debe ir merodeando por ahí de noche, aunque casi todos los profesores pasen bastante por alto el incumplimiento de esta norma.
-¿Planes por la noche? ¿Yo? - Dijiste irónicamente tratando de ser una especie de niña buena.
Thornhill hizo un gesto de pasividad con la mano mientras sonreía burlonamente.
-Vamos Riley, que no he nacido ayer, sé que vagabundeáis por las noches buscando rincones oscuros en los que, en fin, incumplir más las normas, quizás Xavier y tú teníais pensada alguna escapadita.- Dijo mirando al suelo como buscando algo que no estaba allí.
¿Qué? ¿Xavier? No te lo podías creer. ¿Realmente piensa que hay algo entre nosotros? No salías de tu asombro ante aquellas palabras. Sí ella y tú fuerais pareja, cualquiera diría que le estaba dando un ataque de celos. Te entusiasmaba que ese fuera el caso, pero no lo era, y debías responder rápido para evitar que siguiera pensado así acerca de Xavier y tú.
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Amor, Marginados, flores y monstruos.
DobrodružnéEsta es la historia de Riley Hayes, tu historia. Cuando las circunstacias te llevaron a la Academia Nunca Más, tu vida cambió por completo. Nunca pensaste en llegar a hacer amigos de verdad, a encajar bien en algún sitio. Mucho menos en enamorarte...