«¿Quien es la presa? ¿Quien es el cazador?»
Kang Hael pensaba que no había nadie tan encantado con alguien como ella lo estaba por esa coreana de ojos oscuros y tímidos.
Las múltiples heridas en su cuerpo y su inhabilidad de hablar le advirtieron ta...
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¿Cómo se puede resumir algo que tu misma consideras como algo que está fuera de tu jurisdicción mental?
Cuando entré a ese lugar esperaba incluso que terminaran propinándome un golpe o algo parecido, pero jamás pensé en asesinar a alguien a mano fría, sin pensarlo siquiera un mísero segundo.
Narrador pov
Hace dos horas.
—Entonces querida, ¿Cómo decías que se llamaban tus padres?
Seul no lo había dicho, aunque por supuesto, Eun-jin lo sabía, era una rueda gigante de información, mientras qué, Seul sabía todo sobre Hael, la madre de esta se dedicó a investigar a la joven de melena corta que estaba sentada en su mesa, compartiendo con sus tres hijos, su esposo, la mejor amiga de su hija, y por supuesto, con ella, la segunda madre de su gatito, como ella le llamaba. Aunque realmente no puedo encontrar mayor cosa, si se enteró de las relaciones familiares de la coreana, cosa que fue bastante interesante, aunque tampoco diría nada, ya que supuso, era un asunto entre familia. Que equivocada se encontraba.
—Mi madre se llama Park Jo-a, y mi padre Heo Yang-sik — comentó, ahora más calmada — Espero que tengan la oportunidad de conocerlos.
De verdad lo esperaba, las personas había sido agradables en cuanto pasó la entrada de la enorme mansión con un estilo bastante moderno, el comedor era un lugar gigante y que era resaltado por unas hermosas farolas con forma de Lamprocapnos spectabilis* en las que podía notarse que la decoración estaba a cargo de la mujer que tenía al frente sonriéndole de manera espeluznante. Mentiría si dijese que no se sentía incómoda, porque la mujer ni siquiera disimulaba el mirarla atentamente y con una gran sonrisa mientras hablaba, pensó que tal vez estaba retándola por querer robarle a su única hija.
Estaba equivocada, más que equivocada. Kang Eun-jin estaba más que encantada con la muchacha con la que su hija iba a casarse, era una chica inteligente, estudiada y bien presentada, con un porte elegante y lo más importante, la amaba de una forma que no había visto antes, aunque no podía dar nada por sentado e iba a averiguar hasta que punto podía llegar ese amor.
—Encantador, amaría tener una cena con ellos pronto.
—¿Otra cena, mamá? No puedo estar cancelando reuniones por tus cenas de nuevo — gruñó Jinan, el hijo del medio, que iba casi nueve años después de Hael — Necesito adelantarme con todo lo de la universidad, ya pierdo mucho con estar aquí, por más encantadora que sea mi cuñada.
Seul
Reí porque me parecía un chico agradable, que siempre era directo con lo que quería, aunque sonara grosero o brusco, supuse que su madre le entendía, porque solo asintió en silencio.
