Capítulo 7.

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Dos días después

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Dos días después

Yiseul amaba la lluvia, amaba ver como el agua caía de forma relajante, adoraba con su alma el frío que la obligaba a quedarse en casa, por su dermatografía*¹ cosa por la que precisamente no pudo ir a trabajar hasta el siguiente lunes, ya que era viernes cuando fue lujuriosamente atacada por su jefa en la oficina. Ella juraba que la lluvia era su adoración, pero en este momento no había algo que odiara más, el que la lluvia hubiese obligado a su mejor amiga, la mujer más chismosa que conocía en su vida a quedarse en su habitación luego de quedarse varada cerca de su casa por la lluvia era lo peor que había podido pasarle según la pelinegra.

—¿E-entonces ella te besó?

—Mhm.

—¿Y te dijo que fueses a un almuerzo con su familia?

—Afirmativo.

Los ojos de la castaña se llenaron de grandes lágrimas, y se levantó de un salto, corriendo hacia fuera de la habitación, en seguida regresó con el hermano de su mejor amiga, a quien traía arrastrado del cabello, prácticamente.

—¡Mírala! Sigue diciendo incoherencias, Yul, creo que esta vez la hemos perdido de verdad — lloriqueaba— Sigue diciendo que va a casarse con Hael.

El pelirrojo lucía completamente demacrado, y es que se había pasado desde el viernes hasta ese domingo entera intentando descifrar que era lo que sucedía, no entendía como se le podía haber pasado algo por alto con respecto a su hermana, según él no había nada que no supiese sobre ella, si bien Seul estaba obsesionada con su jefa, él lo estaba con ella, de una forma diferente por supuesto, era un obsesivo con su protección, desde aquella vez que no pudo evitar que fuese secuestrada se prometió a si mismo que no permitiría que su hermana estuviese asustada de nuevo.

En parte era su culpa, pensaba, él podía haberla protegido, podía haberla llevado por una ruta diferente luego de la escuela, podía haber hecho tantas cosas que la lista era interminable. O eso es lo que pensaba, un pequeño niño no podía haber tenido la fuerza suficiente como para detener a seis hombres, que contaban también con una gran camioneta blindada. Pero en su mente estaba la culpa, que nunca lo dejó en pez desde aquel día.

—Yha, no estoy loca — siseó— Es lo que sucedió, Yul puede dar testimonio.

—¡¿Huh?! — Miró a su (muy reciente)novio con los ojos totalmente abiertos — Es esa conexión de gemelos, han enloquecido ambos...

La castaña murmuró mientras empezaba a dar vueltas por toda la habitación, con la cabeza de su novio aún entre sus manos y este quejándose sin poder soltarse del fuerte agarre que la mujer ejercía sobre él, su cara era tan lamentable que su hermana tuvo que intervenir ates de que se quedara sin su amado cabello pelirrojo.

—¡Vas a matarme, Yha! — Corrió a su rescate mientras la otra la miraba asustada, Seul nunca gritaba - Me duele la cabeza, suéltalo. A veces te odio por ser mi mellizo, Yul, estaba disfrutando como te arrancaban el cuero cabelludo, eres tan vanidoso con ese trapero que tienes por cabello.

The mouse and the cat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora