Capítulo 14.

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Hael era alguien muy obsesiva, todo el mundo lo sabía, su padre, sus amigas, e incluso sus empleados podían notarlo, todos sabían lo loca que se volvía su jefa al ver una sola partícula en un mal lugar, pero no lo era tanto como su madre

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Hael era alguien muy obsesiva, todo el mundo lo sabía, su padre, sus amigas, e incluso sus empleados podían notarlo, todos sabían lo loca que se volvía su jefa al ver una sola partícula en un mal lugar, pero no lo era tanto como su madre. Kang Eunji era alguien aterrador para todo el mundo, incluso más que su propia hija, si es que eso era posible, por eso todos trataban de tener sus puestos de trabajo lo más limpio posibles si en algún momento la dueña de las empresas Kang, la señora Kang, hacía aparición en el lugar. Lo que sucedió aquella mañana fría, casi a llegar diciembre.

—¿Dónde está la ingrata de mi hija?—hizo aparición la despampanante mujer—Díganle que deseo verla de inmediato.

Todos los empleados temblaron al ver la cara de enojo de la presidenta de aquella empresa, si bien su hija mayor cuidaba y veía por aquel lugar, esa mujer seguía siendo la dueña de todo lo que a su primogénita aspiraba a obtener en no muy poco tiempo.

—Madre—Hael llegaba con una cara no muy feliz—¿Qué deseas? Estaba en una reunión importante.

—Estarte revolcando con tu prometida en la oficina no es una reunión importante, Hael—rodó los ojos—Dile a esa niña que te deje descansar, mírate, pareces un esqueleto en vida.

La pelinegra apartó la mirada de su irritante madre, quien acababa de dejarla en ridículo frente a todos sus empleados que huyeron despavoridos al tener su mirada sobre ellos, parece ser que tendrían mucho sobre lo que chismear sobre ella esta semana.

—No estaba "revolcándome" con Seul madre, estaba en una reunión con el idiota de Cho Man-Yo—su madre la miró sorprendida—Reunión que acabas de interrumpir, ¿Sabes lo que me costó encontrar a ese idiota? Es una rata muy escurridiza.

Cho era uno de los principales socios de la compañía, era un hombre bajo y calvo que siempre estaba de "viajes de negocios", en realidad solo estaba con las prostitutas mejor cobradas del país llevándolas a viajes por todo el mundo, todo el mundo lo sabía pero fingían no hacerlo porque era repugnante.

—No lo sabía, ¿Lograste algo?—negó—Ese anciano en algún momento deberá ceder.

Esta era la cuestión: El pequeño hombre poseía un 20% de las acciones de la compañía, Hael por el momento poseía un 9%, Clío un 6%, su madre un 40% y el resto estaba repartido entre demás accionistas y socios.

Lo que deseaban Clío y Hael era comprar las acciones del viejo para así aumentar las suyas, ¿El problema? No parecía dispuesto a venderlas. Lo habían intentado por cada medio legalmente posible, pero el pequeño coreano no aceptaba de ninguna manera.

Tal vez deberías intentar otras formas de convencerlo.

—Oh, no—su madre la miró con la mano en la cintura—Sé lo que estás pensando y no, no dejaré que involucres tus cosas sucias con las acciones de mi compañía, ni lo imagines—renegó—Si quieres seguir con lo que estás haciendo con esa muchacha en seguida, pero no te metas con mi patrimonio, ¿Entendiste?

The mouse and the cat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora