Capítulo 12.

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-¿Cuál es tu problema? - grité, recordando que estaba enfadada-¡Bájame ahora mismo, Kang Hael!

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-¿Cuál es tu problema? - grité, recordando que estaba enfadada-¡Bájame ahora mismo, Kang Hael!

Se detuvo antes de llegar al auto y se quedó observándolo por unos cuantos segundos, pensando. Luego me bajó tan suavemente que sentí ser una cara y delicada pieza de cristal, siendo agarrada por las delgadas y venosas manos con largos dedos de mi futura esposa. Mordí el labio ante el pensamiento, por más que estuviera endemoniada ahora mismo, sabía que esa mujer iba a matarme algún día por lo caliente que era.

-¿No vas a decir nada? - Pregunté, luego de un rato en el que solo me miraba con su cara de póker, empezaba a enojarme aún más, cuando de repente mordió su labio y me miró de abajo hacia arriba- Al demonio.

Subí al auto en el asiento delantero y cerré los ojos, sabía que si la miraba más de lo debido caería ante su extraordinario sex appeal, además, estaba exhausta del día tan agotador que tuve, estaba realmente cansada, tenía demasiado sueño y mis pies pesaban tanto que quise cortármelos para que el dolor parara. En ese momento, recordé todo el trabajo que tenía para el día siguiente, hace no mucho que inicié a trabajar y ya me había dado la libertad de tomarme varios días libres, no podía hacer eso, era un descaro total con mis compañeros. Mañana iría y me disculparía con todos ellos, en especial con Rina, esa niña es adorable.

La puerta siendo abierta de forma brusca me trajo a la realidad. Había olvidado que estaba aquí. Y por supuesto, no debí haberlo hecho. Se veía asustada, casi al borde de la desesperación, y, por primera vez desde que la conozco se me hundió el pecho de forma dolorosa, ¿Por qué ella tenía que estar así cuando la enojada era yo?

-Ratoncito -dijo, entando en la parte trasera del auto y mirándome atentamente con sus ojos de gato - ¿Por qué estás enojada conmigo? ¿Hice algo mal?

Se veía realmente confundida y tomé una larga respiración. Esto no era lo que quería, no era el tipo de relación que tenía pensado tener con ella. Siempre me he recalcado lo importante de la comunicación en cualquier relación interpersonal y el hecho de que estaba haciendo un berrinche como una niña pequeña me avergonzó de forma escandalosa, haciendo que mis mejillas se sonrojaran furiosamente. Evité su mirada para buscar palabras e intentar explicarle, y ella tomó mis manos acariciándolas suavemente.

-No me gustó que dejaras que esa mujer te tocase...-susurré muy bajo - No me gusta que nadie te toque de esa manera, me parece irrespetuoso contigo.

Por la mierda, claro que no iba a admitir que estaba celosa hasta las medias.

La gran carcajada que largó de repente me hizo esconderme aún más en mi asiento, ella se estaba burlando de mi, probablemente pensando en lo patética que era y en como cancelar nuestro extraño compromiso.

Su risa no paraba, y cada vez me sentía peor, así que decidí quedarme callada hasta que terminara de reírse de lo que fuera tan gracioso.

Bueno, lo intenté, no era exactamente el tipo que se calla en una situación así.

The mouse and the cat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora