«¿Quien es la presa? ¿Quien es el cazador?»
Kang Hael pensaba que no había nadie tan encantado con alguien como ella lo estaba por esa coreana de ojos oscuros y tímidos.
Las múltiples heridas en su cuerpo y su inhabilidad de hablar le advirtieron ta...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
???
La pelinegra se levantó de forma perezosa, viendo el cuerpo que estaba acostado a su lado y suspiró, preparándose para irse de ese lugar, no entendía como había accedido a pasar la noche con esa mujer, de nuevo, pero después de todo lo que pasó la noche anterior no podía simplemente rechazarla, era un "sacrificio" que tenía que hacer para lograr su objetivo. Y, aunque jamás lo admitiría en voz alta, sabía que estaba empezando a sentir cosas por la pelinegra que se encontraba desnuda sobre la cama de aquella lujosa casa, pero por más que quisiera no podría alejarse, ya que aquella personita que se encontraba allí era la razón principal por la cuál quería obtener la venganza que llevaba planeando desde que fue secuestrada a los seis años.
O eso pensaba.
Comenzó a buscar su ropa por toda la habitación, encontrando sus bragas sobre la lámpara que estaba en el techo, ¿Cómo carajos iba a bajarla de ahí? Vio un palo cerca de la puerta y lo tomó, tocando la bombilla hasta que puedo alcanzar su ropa interior y comenzar a vestirse de forma rápida. Necesitaba adelantar la investigación, no podía darse el lujo de seguir enredándose entre las sábanas de esa desagradablemente sexy y caliente coreana que estaba entre sus piernas hace poco menos de cinco horas. Su jefe no se lo perdonaría si llegara a enterarse. Seguramente la mataría.
—Mgm, ¿A donde vas? Es muy temprano — Maldijo, se había despertado —¿Estás huyendo? ¿Tu hermano te espera?
Paró de vestirse y la miró, perdiendo la respiración en el acto, la mujer estaba sin nada debajo, tapando su torso con solo una cobija de seda que era probablemente más cara de su casa. No podía despegar la mirada y la chica en la cama la observaba confundida, no entendía por qué lucía tan nerviosa cuando horas atrás era una persona completamente distinta. En cambio, para la policía las cosas eran diferentes, ella solo la miraba embobada y tratando de resistirse a lanzársele encima, de nuevo.
—N-no, solo quería vestirme — dijo, rindiéndose ante la Diosa que estaba observando — Pero creo que no va a ser necesario.
A la mierda el barrigón de su jefe.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ojo, los especiales SI son parte de la historia, una parte muy importante, de hecho.
