*:･ﾟ the great war !
( fate the winx saga 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜)
❝ tal vez nuestros errores
son los que hacen nuestro destino ❞
𝐨𝐨. Donde Fae descubre que tiene
sentimientos por el chico de oj...
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❝ drank my poison all alone ❞ ángeles caídos; pt1
La mañana siguiente se desplegó con una extrañeza palpable, desde el momento en que Fae abandonó su habitación hasta que se dirigió hacia los comedores. Cada paso resonaba en un ambiente tenso, saturado de miradas que parecían clavarse en ella con insistencia.
Un grupo de chicas, entre murmullos y gestos sigilosos, la observaba furtivamente mientras revisaban sus teléfonos. Al percatarse de su atención, desviaron la mirada rápidamente.
¿Qué estaba ocurriendo?
Gaia había citado a Fae en el patio interno de Alfea, así que tomó su comida y se encaminó hacia allí. Cada paso se volvía una tarea irritante, mientras las miradas continuaban persiguiéndola, alimentando su nerviosismo. Temía que el "incidente" se hubiera convertido en el tema principal de conversación entre todos.
"La hermana de Sky besando al mejor amigo de su hermano, a quien aborrece. ¿Qué más podría pedirse?" Se reía amargamente en su mente. Pero dejó de lado esas preocupaciones cuando divisó a Gaia sentada en una banca central del patio. Depositó su mochila en el suelo y se unió a ella, esbozando una sonrisa de saludo.
—¿Cómo está mi mejor amiga en esta mañana tan hermosa? —preguntó Gaia con una sonrisa radiante que dejaba entrever sus relucientes dientes blancos, provocando un gesto incrédulo en el rostro de Fae.
—Habla de una vez —soltó, conociendo a Gaia lo suficiente como para saber que tenía algo en mente.
—Debo admitir que he guardado silencio, pero ya no puedo más. Necesito los detalles: ¿qué pasó, cómo, qué sientes al respecto?
Ni siquiera Fae sabía cómo responder.
—Nada —respondió encogiéndose de hombros.
Hubo un breve silencio, hasta que Gaia retomó con un tono lleno de ironía.
—¿"Nada"? Vamos, se comieron la boca —su tono estaba cargado de sarcasmo.
—No fue la gran cosa —respondió Fae, tratando de aparentar indiferencia mientras buscaba distracción en sus tareas pendientes.
No es que disfrutara haciendo deberes, pero ¿qué más podía hacer?
—¿Cómo que no fue gran cosa? —Gaia arrebató la pluma de tinta negra de su mano, impidiéndole ignorarla—. ¡Dime! ¿Qué demonios está sucediendo entre ustedes dos?
Fae la miró seriamente antes de tomar un lápiz de su estuche, provocando un rodar de ojos por parte de Gaia.
—¿Por qué asumes que está pasando algo? —replicó escribiendo con más fuerza de lo habitual—. Hoy en día, los besos no significan nada.
